​Una detención sospechosa

Manuel Fernando González Iglesias

A José Antonio Urruticoechea Bengoechea, más conocido por el apodo de Josu Ternera lo acaban de detener en Sallanches la Policía francesa y la Guardia Civil española, cuando ya todo el mundo informativo le daba como "desaparecido táctico" al estar políticamente amortizado por completo tras el adiós a las armas de ETA.


Josu Ternera


Se sabía en los medios de comunicación que el número 1 de la banda terrorista había huido cuando tenía inmunidad parlamentaria en Euskadi, que padecía, por aquel entonces, de cáncer y que estaba en el ajo de las negociaciones secretas, donde los periodistas le reconocíamos, incluso, como la piedra angular que podía torcer la mano de los etarras más sanguinarios que peleaban porque la banda criminal no desapareciese. Su voz en el comunicado final de ETA nos confirmaría a posteriori ese papel de Jefe Supremo que todos le atribuíamos.


Nadie esperaba ahora, salvo las familias de sus víctimas, que Ternera fuera detenido en estos momentos, tan cerca del duelo por la muerte de su mortal enemigo Alfredo Pérez Rubalcaba, su oponente/interlocutor al otro lado de la mesa de conversaciones.


Por eso esta detención llama la atención, por mucho que las fuerzas de seguridad del Estado nos digan que siempre se han mantenido alerta, como es su obligación, y que se le ha pillado ahora, que es cuando se ha podido hacer. Muchos somos escépticos ante ese mantra, porque sospechamos que la historia del personaje tiene muchos capítulos que desconocemos que, seguramente, harán posible que pronto sepamos algo más sobre los misterios que encierra su huida y por supuesto el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué ETA dejó de matar.


Si a eso le sumamos el historial de los crímenes sin autor conocido que, seguramente, Ternera nos podría desvelar si quisiera, hay índice suficiente para que entre todos, especialmente los periodistas, podamos dar un salto cualitativo para conocer la verdadera historia de los últimos sesenta años, sesenta nada menos, de las actividades de la organización que dirigió este Josu Ternera que acaban de detener a las siete de la mañana cuando iba en compañía de su habitual cuidador y guardaespaldas de los últimos años al hospital donde recibía tratamiento.


Vuelve Ternera y nosotros tenemos muchas preguntas que hacerle al número 1 de ETA, pero también, por supuesto, a las tan nombradas en las últimas semanas, cloacas del Estado.

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