Jaime Ensignia, sociólogo, Dr. en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Libre de Berlín. Fue director sociopolítico de la Fundación Friedrich Ebert en Chile (1994-2014). Director del Área Internacional de la Fundación Chile 21. Colaborador del Barómetro de Política y Equidad.
Un contexto a considerar
Era necesario, dejar pasar algunos días para poder realizar un análisis lo más objetivo posible de estas elecciones. La importancia de estos comicios no son tan solo importantes para Europa, sino también para las otras latitudes de nuestro planeta. La Unión Europea (UE), es una región neurálgica en el escenario mundial, sobre todo cuando se prevé una nueva faceta de la “guerra” fría. Mientras las tensiones económicas, comerciales y especialmente tecnológicas entre las dos grandes potencias, China y los EEUU se incrementan vertiginosamente, Europa (incluido Rusia) no deben mantenerse al margen y deberían ser un actor político en la mediación entre estos dos colosos mundiales, llamándolos a mitigar sus asperezas y a buscar la solución de sus conflictos a través de las organizaciones internacionales como la Organización Mundial de Comercio (OMC) y Naciones Unidas. Más allá del complejo escenario por la cual pasa la UE (alza del ultranacionalismo, inmigración, xenofobia, medio ambiente, reforma de sus estructuras y, el BREXIT), ésta, y sus países centrales están convocados a jugar un rol significativo en esta nueva fase de “guerra” fría en ciernes. Europa, al respecto, tiene una invalorable experiencia.
La contienda electoral en el Parlamento Europeo (PE)
La elección parlamentaria europea (23-26 de mayo), luego de la India, es la que más convoca ciudadanos y ciudadanas en el mundo entero. Más de 420 millones de ciudadanos de los 28 países que integran la UE fueron convocados a emitir su voto y elegir 751 escaños de la Euro cámara. La participación electoral, según los analistas, fue extraordinaria en comparación a los comicios de principios del presente siglo (2004=49,50%; 2009=43% y; 2014=42,6%). En esta ocasión: elecciones al PE alcanzaron una participación ciudadana del 52%, según últimas cifras entregadas a la opinión pública internacional.
Una posible explicación de esta alta participación electoral se debe a que la ciudadanía europea se vio desafiada a participar masivamente frente al peligro que significaba la irrupción de la ultraderecha, nacionalista, homofóbica y, profundamente antiinmigración. Si bien es cierto, que se logró detener esta ofensiva de las fuerzas y movimientos políticos ultra conservadores y nacionalistas, éstas, quedaron representadas aproximadamente en un 25% de la votación. Este porcentaje, no es un dato político menor, preocupante en el escenario actual europeo y, es un fuerte llamado de atención al sistema democrático de la UE. Por primera vez en estos últimos 69 años, desde la Declaración de Schuman (1950) que dio origen a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (1951), para luego convertirse en la Comunidad Económica Europea (CEE, 1957) y, finalmente transformándose EU, en 1993, es que estas organizaciones y partidos políticos ultraderechistas no alcanzaban una tan significativa votación popular. Si hiciéramos el ejercicio, de sumar todas estas fuerzas políticas ultraderechistas, nos daría un resultado sorprendente: 172 escaños en el PE y se convertirían en la segunda fuerza política a nivel europeo en estas elecciones de 2019.
Las elecciones al PE fueron en la realidad, una fuerte andanada política a la línea de flotación de las familias políticas europeas. Por primera vez, el Partido Popular Europeo (PPE), coalición de partidos de la centro derecha del continente (CDU-CSU, de Alemania, el PP de España, entre otros) y,socialistas, laboristas y socialdemócratas, agrupados en el Partido Socialista Europeo/Alianza Progresista de Socialista y Demócratas de Europa (S&D) -ambas coaliciones,profundamentepro europeas-, tuvieron que dejar la primacía política que ostentaban desde las primeras elecciones al PE (1979 al 2014). Con los resultados de esta elección al PE, fenece el bipartidismo político de estas dos grandes familias, las cuales fueron las protagonistas principales del acontecer político y social de la Europa pos segunda guerra mundial.
El PPE, siendo el partido más votado sufre una merma de 38 escaños. Por su parte los socialdemócratas y socialistas, siendo la segunda fuerza en el PE, pierden 36 diputados: los partidos más golpeados son el SPD alemán, los socialistas franceses y los griegos.
Los ganadores de esta contienda electoral, al margen de los ultranacionalista que en forma conjunta ganan más de 87 escaños, son Los Verdes/Alianza Libre de Europa que suben de 52 escaños a 70 y la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, que logran 39 puestos más en el parlamento. Importante es destacar, que los temas que se tomaron estas elecciones fueron y seguirán siendo: el Medio Ambiente; Inmigración; políticas de Defensa; Zona Euro, cambio de reglas del juego en la política fiscal y financiera; política exterior; política social y ampliación de la UE.
Consecuencias políticas colaterales
Los resultados electorales trajeron consecuencias políticas para algunos de los gobiernos de la UE.
Partimos por Austria y el affaire del ex jefe del grupo ultranacionalista FPO y, ex ministro del interior Heinz Christian Strache siendo grabado en un vídeo en donde ofrecía a un oligarca ruso contratos públicos a cambio de apoyo financiero electoral. Esto implicó, la salida inmediata del gobierno de este grupo nacionalista. A la vez, el parlamento austriaco aprobó un voto de censura al gobierno de Sebastian Kurz con lo cual habrá elecciones anticipadas en los próximos meses.
La victoria de la Nueva Democracia (ND), partido conservador griego, sacando una ventaja de más de 9 puntos al partido de gobierno Syriza, del primer ministro Alexis Tsipras, obligó a éste, a adelantar las elecciones legislativas para el mes de junio. El gobierno de izquierda griego de Tsipras entra en una etapa de difícil pronóstico en cuanto a su permanencia y proyección en el ejecutivo.
Finalmente, los deprimentes resultados para los partidos de la Gran Coalición (Groko) en Alemania, de la CDU-CSU y SPD, en donde el partido de la Canciller Merkel bajo 7,6% en estas elecciones europeas, en tanto que el SPD prosigue con su caída libre teniendo una baja de 12%, relegado a la tercera posición por debajo de Los Verdes. Pronóstico reservado para la Groko, en donde al interior de las filas socialdemócratas cunde el escepticismo acerca del futuro político de este partido y, relevantes dirigentes políticos de este partido, exigen la salida del SPD de esta “gran” coalición.
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