​Gobernanza sí, Gobierno no

Manuel Fernando González Iglesias

"No queremos votos gratis en nuestra investidura". Con estas palabras, duras y contundentes, el Presidente Pedro Sánchez resumió ante sus militantes y responsables de la Sociedad Civil lo que es ya el motor que impulsará las 370 medidas que el PSOE ha puesto sobre un papel y ya ha enviado a PODEMOS, para que el equipo negociador que proponga Pablo Iglesias se faje y discuta si quiere o no evitar las elecciones generales el próximo 10 de noviembre.


Y si hemos de explicarles a Vds. cuál es la síntesis de la propuesta sociata, la podemos leer en el titular que precede en este artículo. El inquilino de la Moncloa no quiere a los podemitas en el Gobierno, pero sí en la Gobernanza del país, a todos los niveles. Para entendernos: les propone un programa común -progresista por supuesto-, un acuerdo firmado con la tutela del Ministerio de Hacienda, las Comisiones de ambos partidos en Congreso y Senado, además de la vigilancia durante la legislatura de la llamada Sociedad Civil, y con ello, la garantía jurídica y política de que lo que se firme haya que cumplirlo sí o sí, puesto que -salvo en el Gobierno, en las instituciones que dependen del Estado y que, a su vez, condicionan a los Ministerios y a los Ministro- Podemos puede situar, si lo cree oportuno, a sus dirigentes más destacados o aquellos que sin ser del partido podemita, les merezcan más confianza política.


Tocar poder, pero no gobierno, para que no haya dudas ni discrepancias notables, es la propuesta del PSOE que no quiere que los de Iglesias sean sus enemigos más encarnizados, ya que en esa pelea ya han perdido dos batallas muy importantes: la de los presupuestos progresistas y la de investidura del propio Sánchez que les ha llevado a la situación actual.


Para rematar la propuesta, un señuelo demasiado goloso. "El próximo 10 de noviembre, en lugar de convocar elecciones generales, el nuevo Gobierno podría aprobar la Ley de eutanasia para una muerte digna que tanto nos ha reclamado la sociedad española, si los negociadores de ambas formaciones han llegado a un acuerdo común.


A primera vista, parece que Pedro Sánchez se ha tomado en serio lo de pactar una nueva política con Pablo Iglesias sin renunciar a su línea roja llamada Gobierno de coalición; y si a éste -como es su derecho- no le parece aceptable, tendrá que aceptar que la convocatoria de elecciones generales también tendrá que ver con su decisión soberana e independiente de no aceptar la propuesta socialista. Veremos en qué acaba el órdago.

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