Sánchez gana las elecciones, pero la formación de Gobierno se complica
La situación política española era difícil antes de las elecciones del 10-N, pero ahora el panorama se complia todavía más. Hay pocas posibilidades de que el PSOE gobierne y las que hay son complicadas. ¿Cuáles son ls posibles coaliciones o acuerdos?
El bloqueo continúa. En las cuartas elecciones en cuatro años, los españoles aún no tienen una solución clara para desbloquear el impasse político que impide al país tener un gobierno estable.
Tras las elecciones del 28 de abril de este año, el actual líder socialista y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no consiguió un acuerdo con el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y la situación de bloqueo llevó de nuevo a las urnas.
El resultado del 10-N ha dejado de nuevo de España sin una mayoría clara (176 diputados en el Congreso) que pueda formar Gobierno.
Sánchez convocó las nuevas elecciones convencido de que saldría más fuerte y dispuesto a gobernar cómodamente: incluso sin mayoría absoluta, tendría más diputados que cualquier otro bloque y podría sacar adelante su investidura. Al mismo tiempo, Unidas Podemos perdería votos y dejaría de ser fundamental para una coalición, pudiendo el PSOE gobernar solo, buscando acuerdos puntuales con la izquierda (en materia social contaría con el apoyo de Podemos) y de derecha (en materia económica o, sobre todo, en Catalunya).
Pero la estrategia ha salido mal para el líder socialista. El PSOE, por supuesto, ha vuelto a ser el partido con más votos, pero ha perdido tres diputados en comparación con abril, y ahora se le ha complicado la vida a la hora de formar gobierno.
Unidas Podemos también ha caído, perdiendo siete escaños en el Congreso. Sin embargo, la mayor caída ha sido la de Ciudadanos con un resultado desastroso, pasando de 57 diputados electos en abril a sólo 10 en la actualidad. Por el contrario, el PP de Pablo Casado ha pasado de 66 diputados a 87. Y la extrema derecha, Vox, ha registrado el mayor aumento de la noche, de 24 a 52 miembros del Parlamento.
Al no tener la mayoría absoluta, Pedro Sánchez necesita lanzarse de nuevo a las negociaciones para intentar formar un gobierno. En el discurso de la noche electoral, Sánchez retomó su "compromiso" con la formación de un "gobierno progresista liderado por el Partido Socialista".
Pero el escenario no es fácil: volviendo al bloque de izquierdas –Unidas Podemos y Más País, que ya se han mostrado dispuestos-, no logra reunir suficientes diputados para llegar a los 176 escaños, la mitad de los 350 que componen el Congreso de los Diputados.
Esto sólo será posible si se añaden partidos nacionalistas, independentistas y regionales. Por otro lado, el bloque de la derecha, que suma menos escaños que el de la izquierda, tampoco es suficiente para formar una mayoría de 176 diputados. La única solución directa desde el punto de vista matemático sería un bloque central entre el PSOE y el PP.
PSOE + UNIDAS PODEMOS + MÁS PAÍS
La solución más obvia, que estaría en la izquierda, falla. Sumando los 120 diputados del PSOE a los 35 de las Unidas Podemos y los tres de Más País, el bloque de la izquierda se queda con 158 diputados, 18 para alcanzar la mitad de los escaños del Congreso.
En su discurso en reacción a los resultados, el líder de las Unidas Podemos, Pablo Iglesias, señaló que "la única manera de detener a la extrema derecha en España es con un gobierno que tenga suficiente estabilidad parlamentaria" y subrayó que la formación de un gobierno de coalición -que fue en abril "una oportunidad histórica"- es hoy "una necesidad histórica".
Y volvió a acercarse a Sánchez, de una manera clara: quiere negociar y quiere ser parte del Gobierno. "Estamos dispuestos a negociar un gobierno de coalición a partir de mañana, en el que cada fuerza política esté representada exclusivamente en proporción a los votos y al apoyo electoral que haya tenido".
Íñigo Errejón, líder de Más País, también se mostró comprometido con la negociación. "Tenemos que asumir la responsabilidad de formar un gobierno progresista y evitar terceras elecciones", dijo.
Sólo con estas dos fuerzas políticas no será posible alcanzar la mayoría. Sánchez tendrá que explorar otras posibilidades.
PSOE + UNIDAS PODEMOS + MÁS PAÍS + NACIONALISTAS E INDEPENDENTISTAS
Desde el punto de vista matemático, si Pedro Sánchez consigue combinar el apoyo de las Unidas Podemos con el de los otros ocho partidos que se identifican con el área política de izquierda, incluidos los partidos independentistas de Catalunya y del País Vasco, se puede conseguir una cómoda mayoría de 197 diputados.
Sin embargo, si en el caso anterior existe la posibilidad de convergencia pero los números no dan, aquí sí, pero el acuerdo es tan difícil que se considera una solución casi imposible. Las dos fuerzas políticas más importantes en este grupo de partidos independentistas que Sánchez necesitaría son Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con 13 escaños, y el Junt per Catalunya (JxCAT) con 8 diputados.
Para entender las dificultades de este escenario, basta con volver al debate de la semana pasada, el único de los cinco candidatos principales, en el que Pedro Sánchez anunció medidas contra la independencia catalana, como la tipificación de "referendos ilegales como el de Catalunya" en el Código Penal, e incluso se comprometió a traer a Carles Puigdemont de vuelta a España para "rendir cuentas con la justicia española".
Sin embargo, cuando Pablo Casado insistió en que Sánchez asumiera si se aliaría o no con los independentistas, el líder socialista no quiso comprometerse y huyó de la cuestión. Con tales posiciones sobre la independencia catalana, es difícil para Sánchez conseguir el apoyo de esos partidos.
PSOE + PP
La única solución para garantizar una verdadera mayoría parlamentaria parece ser la creación de un bloque central entre el PSOE y el PP. Juntos, los dos partidos más grandes tienen 208 miembros. En teoría, sería difícil: con el PSOE en el poder, el PP ocuparía naturalmente su lugar en la oposición; y los socialistas también tenderían naturalmente a dirigir su mirada más hacia la izquierda que hacia el PP.
Sin embargo, la excepcionalidad de la situación podría llevar a una solución drástica para desbloquear el estancamiento político.
Convocar un tercer acto electoral desde la moción de censura contra Mariano Rajoy es poco probable, aunque el líder del PP, Pablo Casado, no cerró la puerta a una eventual negociación - "exigente" - con los socialistas.
Afirmando que el PP es "una alternativa a los izquierdistas", Casado destacó que su partido es "del centro" y afirmó que Pedro Sánchez "perdió su referéndum", siendo "el gran perdedor" de la noche. Sin embargo, asumió que era Sánchez quien "tiene la pelota en su campo". Y aseguró que "España no puede quedarse bloqueada", y que el PP desempeña un papel en ese desbloqueo.
El lado de Pedro Sánchez tampoco puede decir que la puerta está cerrada. Parece cierto que el líder socialista no se niega a hablar con el PP, después de haber hecho un llamamiento "a todos los partidos políticos" para ayudar a desbloquear el estancamiento político, excepto a aquellos que "se centran en la incitación al odio".
SUMA DE LAS DERECHAS
Otra alternativa, en teoría, sería un bloque de derechas, con PP y Ciudadanos uniéndose a Vox y también a Navarra SUma y Coalición Canarias. Pero debido al desastre electoral de Ciudadanos, los partidos de derecha -incluso si todos se unieran- no podrían llegar a los 176 diputados necesarios para la mayoría. Esto a pesar de que Vox se ha revelado uno de los mayores ganadores de la noche, duplicando con creces su representación parlamentaria.
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