​La Alcaldesa Colau ha perdido el decoro institucional

Manuel Fernando González Iglesias

Tengo delante de los ojos la nota de prensa que nos han hecho llegar los colegas de RAC1 que lleva el siguiente titular: "Ada Colau insinúa que Agbar ha influït en la decisió del Suprem sobre la remunicipalizació de l´aigua". El titular resume el contenido de una muy buena y rigurosa entrevista que los colegas de la cadena de radio del Grupo Godó le han hecho a la Alcaldesa de Barcelona esta mañana de viernes.


Si Vds. se la escuchan o se la leen, la primera cosa que podrán observar es que Ada Colau se niega a acatar una sentencia del Tribunal Supremo, lo cual coloca su decoro institucional y político a la altura de una alcaldía de una república bananera totalitaria, cuando su obligación es respetar la ley para luego, con su ejemplo, hacerla respetar a sus conciudadanos.


Para entendernos: los magistrados del Supremo son para la Alcaldesa de Barcelona unos prevaricadores de tomo y lomo, porque con su sentencia sobre el agua le han imposibilitado tomarnos el pelo con la remunicipalización del agua como pretendía, de la mano de ese inmenso incompetente municipal que, con escasas luces, la asesora en los vergeles acuíferos del Ayuntamiento y la entidad metropolitana, que tiene nombre y apellido y que se llam

a Eloi Badia.


Esta falsa populista no solo no respeta al Alto Tribunal -que ha dictado una sentencia justa- , sino que se atreve asimismo en la entrevista con el propio Consejo General del Poder Judicial, afeándole que tenga un convenio con una de las empresas centenarias de Catalunya, que acumula miles de hectolitros de prestigio internacional, como lo tiene con otras instituciones del Estado con las que asume la obligación de colaborar.


Los jueces no dictan las sentencias a la conveniencia de nadie y menos de iletradas como la alcaldesa Colau, que ha confundido el Ayuntamiento con el escenario del teatro Tívoli, en el que nuestra Gran munícipe se encuentra mucho más en su papel natural de actriz amateur que en el de alcaldesa.


Mire, Doña Ada, como no le deseo ningún mal, le sugiero que se retracte y pida disculpas, porque me puedo imaginar la que me caería a mí como periodista o a cualquier otro ciudadano o ciudadana si en lugar de acatar una sentencia -nada menos que del Supremo- insinuase que el Tribunal Supremo ha prevaricado.


Recupere, señora mía, la lucidez intelectual, respete la división de poderes y aprenda por ejemplo de Aguas de Valencia, Acciona o el mismísimo Señor Madí, que como Vd. y como yo tienen su opinión, pero que no han dicho semejante barbaridad, aunque se sintieran empresarialmente perjudicados. Uno no puede dejar de acatar las sentencias, y menos si es un política/o, como es su caso. Puede disentir respetuosamente, pero no injuriar a un tribunal como Vd. acaba de hacer.


Y no se haga la mártir. Vd. no está defendiendo a sus conciudadanos en el tema del agua, sino engañándoles para entregar luego la gestión de un bien tan preciado a sus amigos, a los que todo el mundo ya conoce de sobra y que este Tribunal, que a Vd. no le gusta, ha evitado, salvando de paso cientos de puestos de trabajo que ha puesto VD. en peligro.


Para que le quede claro: Yo sí acato la sentencia y me parece justa y valiente. Vd., cuando se le pase el cabreo, debería ir a tomar las aguas al Balneario que más le guste. Yo le recomiendo el de Mondariz, mi favorito. Allí se pondrá en buena forma y estará lejos de la Plaza de Sant Jaume, que últimamente está muy contaminada, sobre todo por la bacteria de la soberbia y el falso pacifismo institucional. Cuídese.


Ah, y enhorabuena a los compañeros de RAC 1 por el scoop.

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