​Preocupación por Seat

Manuel Fernando González Iglesias

Cuando hace un mes aproximadamente nos quedamos solos en la red publicando una información preocupante de Seat, en la que se hablaba de que la cúpula de la matriz alemana dejaba en manos de la directiva española la decisión de levantar la planta a causa de la preocupación que existía por los incidentes en las calles de Catalunya, solo los sindicatos de la compañía salieron a echar agua al fuego de la noticia, ya que su obligación es alejar el peligro de una decisión tan grave del ya muy incendiado panorama industrial catalán.


Luego, la Generalitat ha reaccionado, tarde y mal, enviando a Alemania a la Consellera competente, que volvió con la “buena nueva” de que los jefes germanos apostaban por la continuidad, lo cual provocó el lógico cabreo del capo de la Seat Luca De Meo, quien recordó a los políticos pro independentistas que la compañía y la marca decidían su futuro en Martorell, porque se habían ganado la credibilidad por su gestión en beneficios en los dos últimos años, que es lo que realmente importa en estos casos.


Luego han venido dos parones en la producción a causa de supuestas dificultades de alguna planta auxiliar y con ellos, la gran preocupación, esta vez de proveedores y sindicatos, que no acaban de ver que la cosa de la estabilidad vaya bien, y más todavía cuando algunos medios de comunicación hemos publicado que “el gestor” De Meo tiene encima de la mesa una oferta irrechazable de la competencia para dirigir otra gran marca mundial.


Lo cierto es que varios miles de trabajadores siguen con el alma en vilo, y mucho más desde que comprueban la inanición política de unos dirigentes, que ni saben ni pueden evitar una tragedia laboral de esta naturaleza. Asimismo, en Madrid, el gobierno socialista -perdido en una muy enmarañado lio de pactos- tampoco da señales de fortaleza, como si quisiera decirles a los trabajadores de la SEAT que ahora no está para estas cosas de la bajada del PIB catalán, que ya tiene bastante con lo suyo de creación de un Ejecutivo estable.


Y así hemos llegado a un punto en que este gravísimo problema llega a la encrucijada en la que se corra el riesgo de caer en la muy manida frase de “entre todos la mataron” … y ella sola se mudó de sede a un país del Este. Toca pues armarse de valor y destinar todas las energías sociales -sea cual sea la ideología política- a defender la permanencia de SEAT que tantos años y esfuerzos ha costado conseguir. No caben pues ni disculpas ni demoras. Con el pan de la gente no se juega, ni se hace política “feble”. Hay que poner en marcha “ya” la producción, y exigirle al fabricante que salga cuantas veces sea preciso, porque SEAT es rentable -porque lo es- y que sus coches se venden cada vez más por ser un buen producto y de los más competitivos. Y por supuesto, exigirles a los sindicatos que no se duerman y no les pillen como a los de Continental con la crisis ya dentro. Vamos, que todos tenemos que espabilarnos. 

1 Comentarios

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Seat tiene un problema muy grave..y este se llama INDEPENDENTISMO GENERALIDAD Y NAZIONALISMO ENFERMO Y PREPOTENTE ADEMAS DE CATETOS.

escrito por Nacho aymerich 23/nov/19    09:55

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