​Las reverencias del valido

Manuel Fernando González Iglesias

Es curioso comprobar que lo que más ha llamado la atención de la visita de Pedro Sánchez a Catalunya, aparte de la bronca con la oposición por su cita con Quim Torra, sea la reverencia que su valido Iván Redondo nos ofreció a todos cuando saludó al todavía President de la Generalitat de tal guisa recurrente. El sucedido, supongo que muy próximo a un incontenible tic institucional, nacido del besamanos vivido en el acto de la Solemne apertura de las Cortes, ha provocado el jolgorio de los colegas de la derecha, que han dejado al pobre asesor del Presidente en el departamento de personajes ridículos que suelen aparecer de vez en cuando y que a los demás de los mortales nos tronchan de risa, como es el caso, o nos indignan cuando el político desprecia el saludo de dos niñas -en este caso infantas y que todavía no están avezadas en el mundo de la política institucional- mientras que el que desprecia disimula cuando su jefe podemita se da de besos bolcheviques con sus compañeros de partido o abraza efusivamente al Gran Jefe de la tribu del Puño y la Rosa, cuando éste le da un cargo de poder a él y a su señora, que alivia penurias familiares y le salva del hundimiento partidista.


La reverencia de Ivu00e1n Redondo a Quim Torra


Hoy me reía cuando mi antiguo compañero de fatigas radiofónicas, el gran Carlos Herrera desde la COPE recomendaba al susodicho Iván los servicios profesionales de un fisio si quería recuperar la estabilidad perdida con su meneo craneoencefálico ante el traidor Torra. Un consejo muy valioso, puesto que un meneo de tal índole puede provocar un esguince muscular de grado medio, especialmente en el músculo elevador de la escápula, que no solo es muy doloroso porque que te deja durante una semana incapacitado para girar el cuello y hacer vida normal, lo que es un terrible hándicap, ya que no puedes decirle Sí Presidente a tu señorito con el entusiasmo debido y puede venir otro que te vea de tal guisa y te birle el cargo.


Abundando en el tema, todavía recuerdo cuando en junio del 2001 los Busch viajaron a España y el Ministro Josep Piqué acudió a recibirlos al aeropuerto. Eran los tiempos en que Aznar acogía al hijo tonto del abuelo Busch en "su rancho manchego" y se jactaba ante la opinión pública de sus hazañas iraquíes. Tengo de entonces en la retina los cabezazos de nuestro Ministro ante el Emperador yanqui,  que fueron realmente espectaculares, incluso mucho más llamativos que los del novato Redondo, y que éstos se vieron para vergüenza de todos los españoles en las televisiones de medio mundo, provocando, como en el día de ayer, estupefacción y cachondeo cum laude.



Desde aquel histórico momento, la frase ande yo caliente y ríase la gente dejó de ser un refrán para convertirse en una profecía, pero de las buenas, porque ¿han visto Vds. la cantidad de cargos y puertas giratorias que ha disfrutado desde entonces el ex comunista y luego gran dirigente del PP? Piensen y hagan números.


Lo malo para Iván Redondo es que el emperador al que él ha reverenciado en esta ocasión es de los que tienen poco poder y que lo que más puede esperar de su influencia es alguna embajada en Flandes, una Cruz de Sant Jordi y por supuesto algún libro-libelo de vez en cuando.


Como comprobarán, amables lectoras y lectores, vengo usando la palabra valido en mis comentarios con cierta destemplanza, uniéndola a la figura institucional del Señor Redondo, algo que luego he visto en otras citas periodísticas En mi caso, se debe a que hace unos días, viendo tan calientes a muchos sociatas pata negra al referirse al personaje, rescaté de mi biblioteca personal un libro de unas doscientas páginas de largo título que les resumo: "Los validos de la Monarquía Española..." escrito por el gran jurista valenciano Francisco Tomás y Valiente, gran figura humana y política, al que dentro de una semana recordaremos. Porque un 14 de febrero de 1996 le asesinó ETA, como hizo también otro infame día 6 de Febrero del mismo año, en el que los gudaris de la muerte se llevaron por delante a Fernando Múgica, aniversarios ambos que en el PSOE -que no tanto en la Moncloa- se tienen todavía presentes, porque son parte de su historia más dolorosa y heroica, que en los tiempos políticos en los que vivimos suenan para algunos recién llegados a lastre ideológico.


Tomás y Valiente, al definir al valido, ponía en solfa las características singulares del personaje: "Hay ingredientes de la figura del valido que no se dan en la del secretario de Estado: ambición de mando, alta categoría nobiliaria y la inicial y profunda amistad con el rey (en este caso, escribo yo Presidente del Gobierno)".


¿Le encuentran Vds. algún parecido con el asesor vasco, ex del PP y ahora Jefe de Gabinete del Presidente del Gobierno del reino de España? Vds. deciden.


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