Las oposiciones "trampa" a la Guardia Urbana: ni aumentan la plantilla, ni revierten las bajas

La alcaldesa Ada Colau prometió un gran aumento de plazas de guardia urbano para suplir la falta de agentes en Barcelona. Sin embargo, el detalle de la convocatoria pública desmiente las pretensiones del gobierno municipal.

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El Ayuntamiento de Barcelona anunció en diciembre de 2019 una macroconvocatoria de plazas de guardia urbano con el objetivo de suplir la falta de agentes que el cuerpo arrastra desde hace años.


Sin embargo, el detalle de la oferta pública desmiente las pretensiones del gobierno municipal: todas las plazas prometidas en 2020 no llegarán a ser percibidas por el ciudadano, ya que se agotarán entre bajas y promoción interna.


Según la primera propuesta del consistorio (aumentada levemente este mismo mes de febrero), durante este mandato debían crearse 1.000 nuevas plazas de policía municipal en Barcelona. Para ello, se incrementarían los efectivos a razón de 260 por año (con la revisión al alza, 282). Pero según ha denunciado el sindicato Csif, esta proyección no contempla ni las incidencias laborales ni los ascensos en el escalafón policial.


En el primero de los supuestos, la movilidad interadministrativa en el seno de la Urbana --el traslado de agentes a otros cuerpos de policía, como Mossos o Policía Nacional-- no se ha contemplado en los cálculos del Ayuntamiento. Así, solo en lo que llevamos de año ya son 10 los trabajadores que han solicitado el cambio de uniforme.


A esto hay que sumar los 85 casos de jubilaciones anticipadas a los 59 años, posibilidad que abrió el anterior Gobierno de Rajoy mediante un decreto ley en julio de 2019. En total, la suma de jubilaciones, traslados y otras situaciones sobrevenidas --como incapacidades o bajas médicas-- reduce notablemente la pretensión de que las 260 plazas lleguen a materializarse de forma real.


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LA PROMOCIÓN INTERNA DEBILITA LA CONVOCATORIA


Otro de los aspectos que el Ayuntamiento se cuidó de presentar en público hace unos meses fue la cantidad de plazas nuevas reservadas a promoción interna. A preguntas de Catalunyapress, fuentes de Csif no se muestranen contra de este aspecto, pero destaca que "son agentes que no estarán a pie de calle, patrullando, sino que se dedicarán a tareas de planificación y gestión operativa donde gran parte del trabajo se realiza en la oficina".


Del total de 260 plazas, 100 irán destinadas a cabos, 50 a sargentos y 25 a subinspectores. De nuevo, estos 175 puestos no servirán ni para incrementar la plantilla ni para restituir las bajas, sino que ahondarán aún más la falta de personal.


El sindicato de funcionarios ha realizado su propia previsión a cuatro años vista. Según sus cálculos, de los 1.000 nuevos efectivos prometidos tan solo pisarán la calle unos 600, si se tiene en cuenta la oleada de jubilaciones que puede llegar en los próximos ejercicios debido al envejecimiento de la plantilla.


Csif justifica de esta forma que no firmase la oferta pública de empleo, como si hicieron los sindicatos CC.OO. y UGT, y reclama una corrección al alza de la nueva hornada de agentes hasta alcanzar las 485 plazas este año, incluso ampliando la promoción interna. "De lo contrario, la Guardia Urbana seguirá siendo una olla a presión", zanjan fuentes sindicales.

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