​Reflexiones desde la primera línea contra el Covid-19

Genís Carrasco

Para un médico intensivista, acostumbrado a trabajar en la UCI, el escalón final de la línea asistencial, la pandemia por SARS-COV-2 constituye un cambio de escenario colosal.


Hasta ahora éramos relativamente desconocidos para la opinión pública y ahora estamos en todas las portadas de los periódicos. Hasta ahora teníamos un trabajo continuo y ordenado y ahora tenemos que afrontar un alud creciente y desordenado de pacientes críticos.


Coronavirus convid 19



¿Quiénes somos?


La Medicina Intensiva de nuestro país es una especialidad médica relativamente joven (creada oficialmente en 1978) con una intensa actividad asistencial y de investigación que le ha permitido ganarse un gran prestigio en el mundo hospitalario internacional. En cuatro décadas hemos llegado a disponer de más de 250 servicios de Medicina Intensiva públicos y privados que ofrecen 4.500 camas para pacientes críticos.


¿Seremos suficientes para atender el pico máximo de la pandemia?


Aunque en las circunstancias actuales no es posible hacer previsiones, sí que podemos hacer aproximaciones razonables. Disponemos de un modelo matemático -el FluSurge 2.0- que ha sido específicamente validado para valorar el posible efecto de una pandemia de gripe.


Su aplicación para una pandemia por virus COVID-19 se debe valorar con cautela, pero en cualquier caso, en la situación de emergencia actual permite una estimación razonable de las necesidades previsibles hospitalarias y de cuidados críticos a nivel nacional.


Teniendo en cuenta que el COVID-19 ha alcanzado casi 20.000 contagiados, que el 85% de los pacientes contagiados permanecen asintomáticos y que sólo un 5% de los padecen una neumonía que requiere ingreso en UCI, el modelo nos muestra que será durante la séptima semana cuando sufriremos el pico máximo de demanda asistencial. Tendremos que atender 9.257 pacientes que requerirán ingreso en Medicina Intensiva, de los cuales 5.454 estarán en ventilación mecánica y el resto en otras modalidades de apoyo respiratorio (ventilación no invasiva, cánulas nasales de alto flujo...).


Estas cifras se traducirán en un requerimiento del 257% de la capacidad total de nuestras UCIs, y del 165% de todos los ventiladores.


¿Podremos asumirlo?


Rotundamente sí. Porque a las 4.500 camas de UCI propias debemos añadirle un número aún superior (>5.000) de camas convertibles en camas de críticos. La solidaridad entre profesionales sanitarios nos está ofreciendo ya camas de reanimación, de urgencias e incluso de quirófanos, que no se utilizan, para afrontar las necesidades actuales y futuras. Estamos haciendo frente a un aumento exponencial de las necesidades de atención a pacientes críticos. Y no lo hacemos solos. 


Han aparecido respiradores, enfermeras, auxiliares y compañeros de otras especialidades, de todos los servicios del hospital. Todos nos están dando una mano. Nos están ayudando a adaptar máscaras faciales, a intubar, a ventilar mecánicamente y a optimizar el tratamiento de los pacientes más graves. Desde la Medicina Intensiva les damos las gracias por su generosidad y entrega.


Hace falta la ayuda de todos los ciudadanos


Los lectores no pueden hacerse a la idea de la dureza de la pandemia tal como se vive en las UCIs y el resto de los dispositivos sanitarios. Es muy duro pero es nuestro trabajo y la hacemos y la haremos con orgullo. Si los políticos nos dejan auto-organizarnos y nos dotan de lo que nos hace falta, afrontaremos el pico máximo de la pandemia pagando el mínimo precio en vidas posible.

Afortunadamente todo está funcionando razonablemente bien dadas las circunstancias.

Bueno, tal vez todo no.


Cuando vuelvo a casa después de 10 horas de trabajo vestido como un astronauta y con las manos rojas de tanto lavármelas me duele mucho ver grupos de jóvenes alocados que deambulan por la calle sin ninguna necesidad o a personas inconscientes que entran en las tiendas sin mantener la distancia y las normas de seguridad.


Es una ofensa directa para todos los que luchamos contra la epidemia: sanitarios, policías, bomberos y personal de los otros servicios esenciales. Nuestro esfuerzo es imprescindible pero con esto no es suficiente.


Hace falta la concienciación de todos.


Confinamiento total


Hay que concienciarnos de que sólo el confinamiento total disminuirá el contagio y la presión sobre el sistema sanitario.


El confinamiento total salvará vidas.


Evitamos, entre todos, la mortalidad evitable y el colapso de hospitales y centros de salud con el confinamiento total.


Os lo pedimos desde la primera línea de fuego contra el Covid-19.

1 Comentarios

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Querido Gines, soy tu primo japonés, marido de María Luisa Carrsco Cayuela. Estoy trabajando con el Estado Local de China para un proyecto conjunto. Mi partner chino es tambien el Exective Adviser de la empresa estatal de la fabricación de los aparatos y productos relacionados con Covid-19. Me gustaría consultarte sobre estos productos medicinales. Puedes enviarme tu email address? Abrazo fuerte, Toshio

escrito por Toshio Ito 22/mar/20    15:00

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