Existe actualmente una creencia destacable en los ambientes de espiritualidad. Una creencia que tiene poca base de argumentación para ser sostenida. Una creencia convertida en un dogma de fe. La Unidad. Y más concretamente afirmar que todos los seres humanos son una Unidad y que todas las cosas que percibimos forman parte de una Unidad. Esta Unidad ya hace tiempo que vaga en el pensamiento de nuestros antepasados. Anaximandro sostenía que los elementos de la realidad formaban parte de una Unidad. Y en la Biblia se nos explica que Dios -si lo llamáis Consciencia Universal queda más interesante- formó todas las cosas que conocemos. De él, que es una Unidad, surgió todo.
Hasta aquí la creencia es inocente. Incluso la cosmología contemporánea habla de un modelo asimilable: el Big Bang. Los disparates reflexivos vienen de las conclusiones derivadas del dogma en cuestión. Enunciaré algunos ejemplos.
Negar la diversidad. Así, por ejemplo, en el caso de los seres humanos, negar que cada individuo es único. Es decir, aceptar que los diferentes elementos indiscutibles que nos diferencian son apariencia, para acabar resaltando que somos iguales. Por qué somos iguales? Respuesta: porque formamos parte de una Unidad. Y esta conclusión es aplicable a todos los fenómenos reales de la existencia. Aunque supuestamente vengamos de una Unidad, ahora somos indiscutiblemente únicos. No obstante es necesario matizar que sentirse especial, en un sentido radical, no es nada bueno para la salud mental; sentirse especial, no sentirse único.
Seguimos. Otra conclusión débil. Todo está interconectado porque formamos parte de la Unidad, de donde venimos. Veis esta interconexión en la realidad? Aparte de ejemplos evidentes (la globalización o la Internet de las cosas) no hay una interconexión entre fenómenos reales y aún menos entre personas. Lo que hay es interacción.
Ya puestos podríamos negar la existencia de una Consciencia Universal porque la dinámica de la realidad no se ajusta a la existencia de una entidad moral superior.
Ante todo ello los gurús que esparcen el concepto de Unidad que nos impregna, tienen una respuesta envenenada para las objeciones aquí expuestas: vivimos en un mundo de apariencia, dentro de una ilusión. Una consideración ya expuesta hace más de 2000 años por Platón. Por tanto si este dogma de la Unidad no encaja con tu realidad es porque vives engañado. La pregunta terrible es: ¿qué nos engaña, la realidad que captamos o los gurús de turno?
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