Keitlyn Nesbit y su familia estaban de excursión en Maryland, Estados Unidos y decidieron sentarse en una mesa para compartir un picnic. Al cabo de un rato de estar allí, un oso se les acercó y se sentó con ellos.
El oso solo quería comer con ellos y, pacíficamente, se sentó a su lado. La familia se asustó al principio, pero cuando comprendieron que quería comida le prepararon un sandwich de crema de cacahuete y merendaron con él.
El oso se comió el sandwich e incluso dejó que uno de los miembros de la familia lo tocara y grabara el momento.
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