“Demà fem festa”, un calendario festivo secularizado para los “peques”

 

Después de haber pasado, este año de puntillas, sobre el leve paréntesis festivo de Todos los Santos -perdón, de Halloween, puesto que la colonización cultural estadounidense ha logrado ocultar en poco más de una década el significado milenario de esta fecha- estamos a punto de iniciar el mayor período de celebraciones lúdicas del año que adquieren un marcado significado familiar y muy en particular, infantil. Nos referimos al período navideño, al que seguirá un año repleto de nuevas ocasiones festivas, unas vinculadas a orígenes de tipo religioso y otras puramente civiles. A todas ellas, o al menos a las más importantes, dedican Mercé Anguera (texto) y Cuchu (ilustraciones) su libro “Demà fem festa” (La Galera editorial) a los niños.

Las autoras proponen una familia formada por los abuelos, los padres, nada menos que cinco hijo -dos gemelos- y las correspondientes mascotas (gato y perro, no se aclara si son capaces de convivir en la misma casa) y enumeran las principales festividades con proyección en la grey infantil, desde el comienzo del curso escolar en septiembre a la fiesta mayor, que se presupone tiene lugar en verano. No faltan por tanto Navidad, Nochevieja, Reyes, Carnaval, Semana Santa y Pascua, Sant Jordi y Sant Joan y otras muchas celebraciones análogas, todo ello descrito con lenguaje sencillo y coloquial y aderezado con las excelentes y coloridas ilustraciones de Cuchi. 

Llama acaso algo la atención lo extenso de la familia propuesta, nada menos que con ¡cinco hijos!, algo que en los tiempos que corre parece punto menos que una heroicidad. Por otra parte, Anguera ha redactado el texto con exquisita laicidad, muy acorde con los tiempos actuales, secularizando enteramente el significado de todas las fechas, algo que hace incomprensible no ya su origen, sino incluso la razón de su celebración. De este modo, Navidad son sólo las luces, Reyes los juguetes y la Semana Santa y la Pascua -no se citan por su nombre-, la mona, mientras que los panellets no se asocian con Todos los Santos y los Difuntos, sino con el foráneo y comercial Halloween con el que, desde luego, no tienen nada que ver.

Dicho todo lo cual, sólo resta añadir que es un libro hermoso, bien diseñado y que puede servir de lectura útil y entretenida para explicar a los niños el calendario si bien no estará de más enriquecer el texto añadiendo una explicación complementaria sobre el sentido peculiar que tiene cada una de las fechas reseñadas, lo que permitirá, sin ir más lejos, comprender la razón de que posean un padrino o una madrina y por qué les regala una mona o una palma.