Las vacunas disminuyen en un 95% el riesgo de Covid grave pero podemos contagiarnos

Genís Carrasco

En una reciente entrevista para informativos Telecinco, me preguntaron sí estaba preocupado por la situación actual de la pandemia. Mi respuesta fue un rotundo sí.


La situación actual de los hospitales catalanes es muy preocupante.


Tenemos más de 1800 pacientes en planta y 480 en UCI. De seguir así, en los próximos días estos servicios dejarán de poder atender a todos los pacientes críticos no Covid que lo necesiten.


Archivo - Arxiu - Personal sanitari atenent a un pacient ingressat en l'Unitat de Vigilància intensiva (UCI).

UCI @ep


Debe tenerse en cuenta que los efectos de la quinta ola pandémica ya han llegado a nuestros Servicios de Urgencias que, en su mayoría, se encuentran en un insoportable estado de saturación y al borde del colapso. Si no se pone remedio, en los próximos días la onda producida por la quinta ola llegará a las plantas de hospitalización y a las UCIs.


Nadie se lo esperaba. Nos sentíamos protegidos por el excelente ritmo de vacunación, pero la altísima contagiosidad de la variante delta y una relajación excesivamente rápida de las restricciones han conducido a una situación nuevamente preocupante.


Es momento de empezar a aplazar intervenciones quirúrgicas no urgentes como aconseja la Generalitat de Catalunya con el fin de reducir la presión hospitalaria. Pero también es momento de avocar más recursos financieros y humanos a los servicios sanitarios y de hacer un llamamiento urgente a la ciudadanía para conseguir una mayor responsabilidad social.


Los sanitarios se encuentran al límite después de 18 meses de trabajo ingente y mal pagado. Están fatigados e incluso hastiados y necesitan un descanso vacacional que en estos momentos peligra. Y lo que es peor, muchos sanitarios también están enfadados y perplejos ante la conducta de algunos ciudadanos que reclaman salir de copas y eliminar todas las restricciones mostrando un absoluto desconocimiento de la crítica situación epidemiológica actual.


Es momento de exponer, sin maquillaje ni tapujos, la realidad de la actual situación epidemiológica. Resulta urgente corregir los errores y espejismos que parecen nublar la mente de alguno de nuestros conciudadanos.


Las vacunas disminuyen el riesgo de Covid grave pero los vacunados podemos contagiarnos


No cabe duda de que las vacunas son la mejor herramienta de la que disponemos para luchar contra la pandemia. Estudios recientemente publicados en la revista New England Journal Medicine confirman la utilidad de una cobertura vacunal completa, especialmente con vacunas ARN mensajero, para reducir a menos del 5% el riesgo de acabar ingresado en el hospital.  También confirman que las vacunas reducen la transmisión y el riesgo de contagio, pero no lo evitan totalmente. Ninguna vacuna actual frente al SARS-CoV-2 es 100% efectiva para evitar el contagio. Es cierto que estas vacunas para la Covid-19 son mejores que otras vacunas desarrolladas anteriormente como la de la gripe que confería una cobertura que, en el mejor de los casos, superaba escasamente el 50%. Pero créanme, lectores: ninguna vacuna del SARS-CoV-2 nos hace completamente inmunes. Los ciudadanos debemos seguir manteniendo la distancia social de 2 metros, debemos seguir utilizando máscaras faciales, preferentemente auto filtrantes FPP2, y seguir perseverando en las medidas de higiene personal y general.


El 40% de infectados y sus contactos no se aíslan adecuadamente


Debemos seguir escrupulosamente todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias para evitar el bochorno que causa saber que las encuestas demuestran que más del 40% de personas infectadas o contactos estrechos no realizan el preceptivo aislamiento de 10 días recomendado por los expertos de Salud Pública. Vergüenza ajena.


Fatiga pandémica


Estamos en un momento muy complicado. Mientras que los profesionales sanitarios están al límite de la fatiga física y psicológica, algunos ciudadanos también sufren lo que la Organización Mundial de la Salud ha denominado fatiga pandémica.


Todos estamos cansados de sacrificios después de año y medio de pandemia. pero no es momento de desistir. Debemos seguir haciendo sacrificios en beneficio del conjunto de nuestra Sociedad.


Tengamos claro que los profesionales sanitarios no nos fallarán, nunca lo han hecho. Pero convenzámonos de que debemos continuar con nuestro esfuerzo de responsabilidad en beneficio de todos.


Es un problema de prioridades. Seamos responsables. Es mejor renunciar a unas vacaciones en la playa que observarla a través de las ventanas de una UCI mientras estás intubado. 


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