Si ya había razones para deducir la imposibilidad de un rescate de la Banca Privada de Andorra (BPA), se añaden nuevos motivos que refuerzan esta impresión. Las autoridades económicas españolas, contra lo que había sido tendencia reciente, ha asegurado que no rescatará Banco Madrid, con el argumento de que, a diferencia de los grandes que "salvar" antes, este no es "sistémico".
Si ya había razones para deducir la imposibilidad de un rescate de la Banca Privada de Andorra (BPA), se añaden nuevos motivos que refuerzan esta impresión. Las autoridades económicas españolas, contra lo que había sido tendencia reciente, ha asegurado que no rescatará Banco Madrid, con el argumento de que, a diferencia de los grandes que "salvar" antes, este no es "sistémico". Dicho de otro modo, su desaparición no pone en peligro el conjunto del sistema financiero del estado, como algunos de los grandes bancos y cajas que proteger.
Si bien se afirma que no faltan entre los clientes de la entidad madrileña personas cercanas al PP, entre los diversos "famosos", también parece más fácil dejar caer una empresa financiera más pequeña y de un país pequeño, como lo es el principado pirenaico.
La liquidación de Banco Madrid, de donde los damnificados por la medida podrán recuperar como máximo 100.000 euros, del fondo de garantía bancaria, es otro motivo añadido a cualquier salida para mantener activa la BPA.
En su más reciente comparecencia, el ministro de finanzas andorrano en funciones, Jordi Cinca, aunque intenta el "milagro", y mantiene abiertas varias posibilidades, de la "reestructuración", en la "resolución" (liquidación) ordenada. Sin duda se inclina por la primera, con el deseo de salvar los fondos de los clientes y los puestos de trabajo que están en peligro inminente.
A la vez, anunciaba la elaboración de la ley de creación de un Fondo de reestructuración de entidades bancarias, amparada en una directiva de la Unión Europea, que se nutriría de las aportaciones del resto de bancos del país. Un fondo hasta ahora inexistente.
Además de la desaparición traumática y sin posibilidad de recuperar capitales de Banco Madrid, se ha llegado al cierre total de las últimas posibilidades de ejecutar (recuperar) títulos de la BPA en el extranjero. Cerradas todas las transacciones en dólares con la publicación del informe del Tesoro norteamericano, hasta el martes pasado todavía se podía operar en la zona euro a través de la empresa financiera belga Euroclar, pero ésta cortó cualquier relación con la entidad andorrana este pasado martes.
Siempre hay quien se añade a "ayudar", y más ahora con la gran capacidad de influencia de cualquiera a través de las redes. Esta "cooperación" llegó de los "hackers" que invadieron las webs de todos los bancos andorranos con WhatsApp y sms donde se afirmaba que el resto de entidades del país, y en especial Andbank, estaban también bajo investigación y amenaza de intervención.
La entidad más mencionada se vio en la obligación de enviar un comunicado a cada cliente, y otro público con el aval de la Asociación de Bancos (ABA) desmintiendo radicalmente tales afirmaciones y anunciado que ya ha interpuesto una denuncia a la policía y querellas judiciales contra los autores de los mensajes y de aquellos que los copiaron y reenviaron.
Los fondos retirados de las sucursales reabiertas (cajeros y tarjetas de crédito no funcionan casi) se estimaban hasta la aplicación del "corralito", el límite de reintegros de 2.500 euros por semana, se estimaban en 17 millones de euros y las cantidades reingresadas en unos 10, hacia seis a Crèdit Andorrà y dos en cada uno de Andbank y Morabanc, no se dieron datos del Sabadell de Andorra, pero parecería que una parte considerable fueron "repatriados" en otros países.
Es evidente que el ambiente de desconfianza se ha extendido al conjunto de la banca del país, a pesar de los intentos de demostrar su solvencia por todos los medios al alcance del conjunto de entidades financieras, del órgano controlador, del gobierno, e incluso de la cónsul de los Estados Unidos para el país, con sede en Barcelona, haya valorado como acertadas las medidas del gobierno, y sus esfuerzos de cooperación. Lo que no quita que, a su vez, haya llegado una delegación de técnicos del tesoro de su país para comprobarlo sobre el terreno y reunirse con bancarios, INAF y el jefe de gobierno en persona.
La última esperanza del ministro Cinca y el jefe del ejecutivo, Antoni Martí es conseguir vía política o diplomática un alivio de la presión internacional, que permita una apertura de las operaciones en el exterior sobre los fondos de la BPA, por exigua que parezca en este momento.
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