Andorra, plaza financiera
(V) Fiscalidad en actualización

Robert Pastor

ROBERT PASTOR

Las ventajas fiscales que ofrece Andorra ya no son de figuras impositivas, sino de los tipos de gravamen. De hecho, los ciudadanos del principado pirenaico están (estamos) sometidos a la práctica totalidad de figuras del entorno europeo, tanto las tasas como los impuestos locales (radicación, servicios como la recogida de residuos, IBI) incluso la recaudación que se reparten comunes y gobierno, como el ITP (impuesto de transmisiones patrimoniales, que es para las compraventas de bienes inmuebles, con el complemento del que se aplica a las plusvalías obtenidas en este tipo de operaciones.

Las ventajas fiscales que ofrece Andorra ya no son de figuras impositivas, sino de los tipos de gravamen. De hecho, los ciudadanos del principado pirenaico están (estamos) sometidos a la práctica totalidad de figuras del entorno europeo, tanto las tasas como los impuestos locales (radicación, servicios como la recogida de residuos, IBI) incluso la recaudación que se reparten comunes y gobierno, como el ITP (impuesto de transmisiones patrimoniales, que es para las compraventas de bienes inmuebles, con el complemento del que se aplica a las plusvalías obtenidas en este tipo de operaciones.

Tampoco falta el equivalente al IVA (impuesto general indirecto o impuesto de servicios indirectos (IGI y ISI), según las facturas sean de empresas o de profesionales), el impuesto de sociedades, y, a partir del primer día del próximo año, se añade el IRPF.

La diferencia de los tipos es notable. A modo de ejemplos: IGI y ISI generales se graban con el 4,5 por ciento, con algunas excepciones a la baja, y unas cuantas (menos) al alza, hasta el 7, o el 9,5 por ciento. Sociedades, ya, e IRPF a punto de llegar, con el 10%. En el segundo caso, la linealidad de la aplicación, cualquiera que sea el nivel de ingresos, se compensa con una serie de desgravaciones, que dejan el mínimo a declarar en 24.000 euros brutos al año, o 45.000 cuando se trata de la declaración conjunta de la pareja reconocida legalmente.

En cuanto al sector bancario, y específicamente para los clientes, la figura clave es el impuesto al ahorro de los «no residentes», sobre los rendimientos producidos por cuentas corrientes y depósitos, que se ha ido incrementando y hoy llega al 35 por ciento.

Ahora, entre las negociaciones abiertas con la Unión Europea, se pide par parte de Bruselas la ampliación de esta figura fiscal también al resto de los productos financieros de inversores extranjeros, como los fondos de inversiones, acciones o de otros. Esta negociación se ha establecido conjuntamente con Suiza y el resto de los microestados europeos: Mónaco, San Marino y Liechtenstein, además de Andorra.

Y los bancos son, por sí mismos, los máximos contribuyentes. Además del impuesto de sociedad, el tipo de IGI-ISI específico, que se aplica a las comisiones que se cobran a clientes es el 9,5 por ciento aunque, como ocurre en el IVA en España, de la cantidad bruta se descuentan cantidades pagadas por este concepto a proveedores.

A estas exacciones hay que añadir las que, por diversos conceptos, los recaudan a nivel local. Finalmente, los bancos han asumido hasta hace poco el conjunto de la deuda pública, tanto del Estado como de las corporaciones parroquiales, hasta que hace pocos años se produjeron las primeras emisiones de deuda pública en forma de bonos ofrecidos a particulares y que, en gran parte, continúan asumiendo las entidades financieras.

Si en el interior, la carga fiscal (y de seguridad social) aún está lejos de los altos niveles generales en Europa, y sobre todo en España, las operaciones en el exterior carecen absolutamente de competitividad, para que las actividades de empresas y profesionales andorranos se graban es el caso de España-con un 25 por ciento neto.

Para evitar ofrecer unos precios fuera de mercado, los emprendedores andorranos optan por domiciliar los negocios en territorio español. Últimamente, también abren cuentas corrientes en entidades de la Seu de Urgell, porque el coste mínimo de una transferencia bancaria internacional es aquí de 50 euros, a veces muy por encima del dinero a transferir, cuando se trata de cantidades pequeñas.

Para evitar esta carga en el extranjero, en paralelo a las negociaciones del nuevo tratado general con la UE, y la aplicación del intercambio automático de información fiscal-que la OCDE ha vuelto a recordar a raíz del "asunto Pujol "Andorra negocia tratados bilaterales contra la doble imposición, (CDI), firmados ya con algunos países europeos, incluida Francia, y pendiente de cerrar el correspondiente con España desde el año pasado, que intentará desbloquear personalmente el jefe de Gobierno , Antoni Martí, en una próxima entrevista con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, a primeros de este septiembre.

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