Concentración

Robert Pastor

ROBERT PASTOR

Se suele decir que la política hace extraños compañeros de cama, y éstos habrían sido no sólo raros, sino imposibles, al inicio de cualquiera de las dos legislaturas anteriores. El caso es que en los últimos días, el Partido Popular (PP) ha llegado a un "pacto de estabilidad" con el PNV, y se ha añadido al acuerdo previo que los propios nacionalistas históricos habían sellado ya con el PSE-PSOE.

Se suele decir que la política hace extraños compañeros de cama, y éstos habrían sido no sólo raros, sino imposibles, al inicio de cualquiera de las dos legislaturas anteriores. El caso es que en los últimos días, el Partido Popular (PP) ha llegado a un "pacto de estabilidad" con el PNV, y se ha añadido al acuerdo previo que los propios nacionalistas históricos habían sellado ya con el PSE-PSOE.


He aquí, pues, con una gran concentración de hecho al frente de la política del País Vasco instituido en comunidad autónoma, con unas consecuencias de evidente solidez a corto plazo, pero también con riesgos evidentes para un futuro no muy lejano.


El resultado inmediato de esta concentración es la eliminación de un obstáculo para la aprobación de los presupuestos generales del año próximo, que ya habrían salido adelante sólo con el apoyo socialista, una vez que el partido en el gobierno aceptó más de un centenar de enmiendas del PSE, con un coste por encima de los 25 millones añadidos a sus cuentas iniciales.


Con una mayoría tan considerable del nuevo pacto tripartito, la oposición queda ocupada sólo por los extremos: los independentistas radicales de EH Bildu, y los unionistas extremos de UPyD. Los unos y los otros, con la oportunidad de sacar provecho de la discrepancia, porque el nuevo consenso implica la renuncia del PNV y su gobierno a plantear un proceso para el ejercicio de la autodeterminación, como el catalán, mientras éste estatus se mantenga.


Por otro lado, el grupo de Rosa Díez puede jugarse como ya hace todo y con éxito, a juzgar por la evolución de los sondeos sociológicos -la carta de descalificación de los grandes partidos de ámbito estatal, por débiles en la defensa de la unidad española y de la recentralización.


Con un panorama de fondo donde la desafección hacia las fuerzas y los líderes políticos hasta ahora predominantes, con crecimiento de grupos que fueron muy minoritarios, dispuestos a ofrecer unas soluciones radicales que la historia ha demostrado ineficaces, cuando no catastróficas, el peligro de alimentar estas alternativas parece evidente.


Por otra parte, y visto desde territorio de habla catalana, un riesgo añadido es que se rompa la solidaridad entre nacionalidades históricas, lisa y llanamente, que el PNV pueda llegar a votar, en un momento decisivo, contra la propuesta catalana de consulta. Algunos viejos vascos dirán que eso ya lo hicieron los catalanes en las cortes españolas, en el primer intento de Estatuto vasco, en el año 32. De hecho, las acusaciones de un lado a otro han sido frecuentes desde el inicio de la transición , cada vez que han votado diferente por intereses propios. Y últimamente, voces vascas han retraído a otras catalanas las denuncias contra el sistema de concierto económico.


Mientras el oasis vasco parece consolidarse, entre acuerdos políticos y mantenimiento del compromiso de ETA de no emplear la violencia, se mantiene el cobro de deudas de las fuerzas de seguridad y la justicia por delitos anteriores de la organización terrorista.


Los últimos han sido las detenciones en territorio de administración francesa de dos supuestos miembros de ese colectivo. De Jon Iurrebaso se dice que fue uno de los negociadores con el gobierno español entre 2005 y 2007, cuando la tregua rota con el atentado en Barajas. Había estado en prisión hasta 1991, cuando cumplió condena, volvió a condenar a 5 años que habría cumplido el próximo año, y arrestado ahora porque incumplió la restricción de movimientos impuesta con la libertad condicional: tenía prohibido salir de Hendaya y lo encontraron en Donibane Lohitzun (Saint Jean de Luz), que es como si hubiera pasado de Terrassa a Sabadell.


En el otro detenido, Jose Manuel Azkarate, las autoridades españolas señalan como supuesto miembro de la guerrilla que en 1985 secuestró al industrial bilbaíno (y directivo del Athletic, si la memoria nos es fiel). Dos casos más que reiteran la coherencia de la política seguida por el gobierno y el sistema judicial españole, y que en algunos casos pueden ser el primer paso para la normalización de las situaciones de los mismos perseguidos.

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