Las celebraciones de agosto, tan abundantes en el País Vasco como en el resto del Estado, abren a menudo "guerras" entre organizadores de la sociedad privada, algunos ayuntamientos y los representantes del Estado. Cuando parecían olvidadas aquellas iniciales "guerras de las banderas" este año han surgido los conflictos por las personas designadas como personajes centrales de dos fiestas mayores: el pregonero de Llodio (Álava) y la "txupinera" (encargada de aviar el cohete inaugural ) de la Aste Nagusia de Bilbao.
El ayuntamiento de Laudio, entre las candidaturas presentadas por la ciudadanía, escogió para hacer el pregón en el antiguo alcalde de la localidad Pablo Gorostiaga, en prisión desde el año 2007. Hay que decir que en esta localidad, Gorostiaga fue el primer concejal durante tres legislaturas, con candidaturas de siglas diferentes pero siempre de la llamada izquierda abertzale, y en alternancia ni más ni menos que con Juanjo Ibarretxe, que posteriormente sería lehendakari.
El antiguo alcalde fue condenado por la Audiencia Nacional como colaborador de ETA, en el macrojuicio (con casi 60 acusados) del llamado caso "Ekin", donde se mezclaban como entramados de la organización violenta una serie de actividades, entre las que la editorial, concretamente la editora Orain, del diario Egin, que Garzón ya había cerrado y que no pudo salir cuando, finalmente, la medida se reconoció injusta.
La pena impuesta fue de nueve años. Como ha cumplido más de seis, si el delito fuera de otro tipo, de la mayoría de los tipos, hace tiempo que le habrían concedido la libertad. Ya sabemos, sin embargo, que la política del actual gobierno español en esta materia, a pesar de la demostrada ausencia de actos terroristas, es de rigor absoluto, hasta que no llegue la constatación del desarme y la disolución del grupo que todavía parece armado , aunque inactivo. La comprobación a su juicio, porque bien podría ser que negaran la credibilidad a otras instancias que la garanticen, como sacó todo reconocimiento a la comisión internacional de mediadores, a pesar del prestigio de sus miembros, premios Nobel y ex altos cargos se varios países europeos.
Más llamativo que pedir y obtener de un juez que anule la elección de un preso como pregonero de las fiestas de Laudio es el caso de la frustrada "txupinera" de Bilbao, donde el ayuntamiento no es precisamente de Bildu , sino con mayoría del PNV y con el premiado como "mejor alcalde del mundo", Iñaki Azkuna.
La escogida, a propuesta de las comparsas, había sido Jone Artola, libre de ningún tipo de imputación penal. Eso sí, se presentó como candidata en listas de los independentistas radicales, con siglas que fueron ilegalizadas: Euskal Herritarrok (EH) y Acción Nacionalista Vasca (ANV).
Según el delegado del gobierno español en la comunidad autónoma, Carlos Urquijo, histórico del PP en el territorio, este nombramiento de Artola "puede vulnerar la ley de reconocimiento y reparación a las víctimas del terrorismo". En las circunstancias actuales, parece una exageración en el respeto a las víctimas descalificar a una persona que no ha sido ni siquiera sospechosa de tener la menor responsabilidad en la causa de las víctimas.
Los ayuntamientos de Laudio, y de Bilbao, presentaron alegaciones contra las dos decisiones judiciales, en ambos casos rechazadas, y han anunciado recursos, que se "verán", como se dice en la jerga judicial, cuando las fiestas hará meses, si no años, se habrán acabado.
Eso sí, la intervención del señor delegado y las correspondientes decisiones judiciales deberán "calentado" las fiestas de lo más. Finalmente, tantos como se quejan de las actitudes y acciones de la delegada del gabinete Rajoy en Cataluña, Llanos de Luna tienen un dato para comparar récords. En sus 19 meses de mandato en Euskadi, Urquijo ha iniciado 467 actuaciones contra ayuntamientos vascos.
Robert Pastor
Periodista
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