ATLL, Puigdemont, Laia Bonet y la reunión inoportuna

Carmen P. Flores

La aspirante a alcaldesa de Barcelona, Laia Bonet, se ha entrevistado con el presidente Puigdemont para hablar del agua. Pero no de la que estaba cayendo porque llovía como hacía tiempo que no lo hacía, sino para hablar de AGUA.¿Casualidad? No creo en las casualidades y menos, un día después de la sentencia del TSJC sobre Aguas de Barcelona y del Área Metropolitana. La reunión ha sido de lo más inoportuno que ha podido hacer el presidente Puigdemont. Y además con la persona equivocada. ¿Por qué recibe el presidente a la representante de ATLL en plena guerra? ¿Por qué en el Parlamento?


¿Lo ha hecho para hablar de ACCIONA, para hacerlo de la ATLL o sencillamente para llamar la atención? Además en un lugar de lo más indiscreto: el parlamento de Catalunya. Más de una hora ha durado “la charla” de Bonet y Puigdemont. ¿Se llevan bien por el giro ideológico de la reconvertida al independentismo? Como algunos colegas y compañeros sociatas.


Cuando fracasó en la primarias del PSC para ser candidata a la alcaldía de Barcelona, sin tener de nuevo un lugar en la lista de Pere Navarro, se encontró en la calle y sin el paraguas sociata. Así que se refugió en la UGT de Pepe Álvarez, donde el caldo de cultivo anti socialista y pro independentista era alto. Allí, encontró un trabajo y más de un amigo, entre ellos, el ahora delegado de la Generalitat en Barcelona Miguel Angel Escobar, que también cambió de bando político. Pero la visibilidad era poco. Ella estaba acostumbrada a salir en los medios, y en ese lugar que ocupaba, no podía conseguirlo. Dejo de ser protagonista.


Bonet quería volar alto y se lo creía, porque subió muy rápido y bien protegida. José Montilla la “nombró” secretaria de su Govern y después, la llevó en las listas para ser diputada. ¡Qué carrera! Se las prometía muy felices…

Toda una carrera meteórica que se truncó por su poca visión política de competir con un candidato del aparato, que también resultó un fiasco.


Con las aspiraciones truncadas y, con la ayuda de sus amigos ugetistas independentistas, Laia Bonet llegó a Aguas Ter Llobregat para “diseñar las relaciones institucionales de la compañía que gestiona ACCIONA”, no sin múltiples problemas judiciales. ¿Qué esperaban de ella? Abrir puertas y ventanas con el Govern -que ya estaban abiertas por la empresa madrileña, ¿lo dudan?, pues yo no-; mejorar las relaciones con los ayuntamientos sociatas, lo dudo; cambiar la imagen de esta empresa, cosa que no ha ocurrido hasta ahora…


Con Mas, Vila, Mas Colell no tuvo éxito porque ellos conocían mejor que nadie a los de ACCIONA y sus otros socios. No necesitaban intermediarios. Con Puigdemont, que intenta marcar distancia con los anteriores, puede hablar porque se conocen de su etapa de diputada. Conseguir algo resulta más difícil, pero que hablen de ello y crear la duda, en algunos sí y en otros se están partiendo de risa sabiendo lo que se sabe. Pero el president Puigdemont se ha equivocado tanto de fecha como de interlocutora. Ya lo verán. En ocasiones, nada es lo que parece, sino todo lo contrario…

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