Se inicia el baile en la Zarzuela. Un selecto grupo de políticos se disponen a calentarle la oreja al actual Jefe del Estado, con el único fin, de rentabilizar luego la visita, explicándonos a los periodistas lo bien que lo están haciendo y que si nos vemos metidos antes de fin de año en unas nuevas elecciones generales la culpa es del PSOE que no quiere abstenerse.
No sé lo que hará el monarca, porque yo nunca llegaré a serlo y por lo tanto, no me puedo poner en su lugar, pero a mí me parece, que estos señores tienen una cara que se la pisan, y que si los que tenemos un trabajo a sueldo lo hiciéramos tan rematadamente mal, seguramente no cobraríamos a final de mes.
En las últimas horas, ha bajado desde el Guadarrama un suave viento que invita al Rey a sacarse la chaqueta y remangarse ante "los díscolos" que no quieren votar a Mariano Rajoy en la investidura, que él presuponía "obligada". La verdad es que el rumor tiene su mandanga, porque, quienes lo difunden, no se han enterado que el padre del actual monarca ya ha abdicado y que, por lo tanto, ya ha dejado de "borbonear", que es lo que tocaba hacer hasta que los dos grandes partidos españoles perdieron la exclusividad de "la alternacia". Estos ya no son esos tiempos señores líderes, y este Rey tiene una talante más dado a la imparcialidad que es el único que le otorga "la vieja" Constitución de 1978.
Así las cosas, aunque Don Felipe se remangue, me temo que, como los que vayan a su despacho no entreguen los deberes hechos, aquí no gobierna nadie. Faltan horas para la cita y ningún partido dice, salvo el PP:"aqui están mis votos, Mariano, forma Gobierno". Y mientras eso no suceda, poco podrá hacer el inquilino de la Zarzuela, salvo echarle paciencia y programar una nueva cita para Dios sabe cuando. Lo de mojarse o remangarse el Rey de España, no figura en la Carta Magna y como diría el mejor Pujol: Avui no toca
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