Los santos errores

Óscar Hernández Bernalette
Diplomático

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No hay tiempos para egos. Los colombianos tienen aun una gran oportunidad. Mantener el espíritu latente del acuerdo de paz. Lo quieren los que votaron por el SÍ y los que ganaron al votar por el NO. Santos, Uribe y las FARC tiene ante sí una nueva responsabilidad histórica. Ser consecuentes con el mensaje de la mayoría y encarrilar el acuerdo.


Santos, un negociador experimentado cometió errores que le pavimentaron el camino a Uribe y a la fórmula de los que se oponían a ese proceso tal como se negoció. El engolosinamiento de Santos por ser el hombre que logró la Paz le hizo omitir recursos y variables claves para tamaña hazaña histórica.


El equipo negociador debió planificar el proceso sin exclusión de ningún sector. Debió haber acordado los términos de la negociación con quienes precisamente estaban en desacuerdo con algunas de las prerrogativas que se le daban a las FARC. La sensación que dejó el acuerdo es que una parte salió muy favorecida a pesar de tener la mayor carga de responsabilidad porque siempre eran el grupo insurgente.


Santos, además, no hizo lo suficiente por sentarse con Uribe y Pastrana, voces fundamentales que generaban opinión crítica al marco general del acuerdo. Debió haber buscado la reconciliación con quien había sido su jefe y mentor.


No informaron suficientemente del alcance del acuerdo como era su deber dejando abierta la sensación de que las guerrillas conseguían fácilmente sus objetivos.


La firma fue un gran evento. La comunidad internacional que apoya la Paz le dio a Santos un cheque en blanco. Pero al final, fue un grave error político y una desconsideración con la comunidad internacional. Santos no debió hacer ese acto antes del referéndum. Dejó un sin sabor a muchos al ver los resultado del domingo 2 de Octubre.


Pero paso la tormenta. Uribe, Pastrana y Santos conversaron. Este último se gana el premio Nobel de Paz. Para algunos merecido, para otros una contradicción. Lo cierto es que nuevas brisas soplan y las FARC siguen con la oportunidad de aprovechar el ímpetu de Paz que quieren los Colombianos. Paz con impunidad es chucuta. Paz con debilidad es la antesala de otra guerra.


La comunidad internacional sigue jugando un papel fundamental en la progresión de las instituciones y en su intolerancia a los crímenes de lesa humanidad.


Seguimos apostando a Colombia.  

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