El secreto que podría haber salvado vidas

Meritxell Codina
Consultora sector aeronáutico y CEO de Eurania

Germanwings


Los fiscales alemanes han determinado que nadie más que el piloto Andreas Lubitz, de entonces 27 años, puede ser considerado responsable de que un avión de la aerolínea Germanwings se estrellara en los Alpes franceses en marzo de 2015. Ni familiares, ni médicos ni compañía.


Las investigaciones llevadas a cabo por la fiscalía demostraron que los médicos sabían que Lubitz sufría trastornos psíquicos, pero nunca lo diagnosticaron como "clínicamente depresivo". El copiloto nunca compartió con los médicos sus tendencias suicidas, por lo que éstos nunca alertaron a la compañía. Es cierto que los médicos tampoco tenían la obligación de hacerlo ya que, además, la legislación alemana protege estrictamente el secreto profesional. ¿Podría un secreto así haber salvado tantas vidas? Es evidente que en este caso se nos presenta un problema de colisión entre el derecho fundamental a la intimidad, protegido por el secreto profesional, y el derecho de terceros a la seguridad e integridad física.


De este modo, nos encontramos en estos momentos frente a la oportunidad de poder iniciar una reflexión común sobre la posible necesidad de reformar el secreto profesional. Resulta obvio que determinadas profesiones que implican riesgos colectivos, el derecho a la intimidad debería estar limitado. Tanto es así, que no sólo yo defiendo esta teoría, sino que la propia Agencia Europea de Seguridad Aérea y la BEA (Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil) lo suscriben. Con la madurez que el tiempo pasado nos da a todos, tal vez sea ahora el momento de poner en un debate serio sobre qué es lo mejor para pasajeros y tripulantes en materia de seguridad aérea.


Andreaslubitz

Cualquier decisión que se tome debe pasar por el análisis exhaustivo de todas las posibilidades. Lo más importante es calibrar el derecho de unos y el derecho de otros, fruto del cual el resultado debe buscar el bienestar general de la sociedad. Puede ser cuestionable que la familia, en caso de saber o sospechar que Lubitz estaba mentalmente enfermo no contara nada a la compañía, sin embargo; ¿qué papel deben asumir los médicos y la compañía? Su posición, totalmente desapasionada -al contrario que la familia-, se dota de un cáliz distinto. A partir de ahora, no es extraño que esperemos que los médicos hagan de médicos, sino que también será conveniente que los médicos sean capaces de detectar cualquier tipo de comportamiento disfuncional que pueda poner en peligro cualquier vida humana, aunque esto pueda poner en peligro el secreto profesional. ¿De qué sirve proteger una vida suicida si no se pueden proteger todas las vidas inocentes a las que el suicida puede llevarse por delante?


Conviene destacar que, en una hipotética modificación legal, el profesional que decidiera vulnerar el secreto de su cliente en pos del interés general debería disfrutar de garantías jurídicas que protegieran su posición. De lo contrario, las víctimas colaterales del secreto serían más de las esperadas.


En relación a la compañía, resulta comprensible que cualquier enfermo pueda querer ocultar su indisposición en el trabajo por miedo a perderlo, el rechazo o el despido. No sólo debemos observar este caso desde el punto de vista médico, sino desde el de las garantías laborales. Una de las recomendaciones que contenía el informe de la BEA sobre el accidente pedía un compromiso más firme no sólo con la seguridad sino también para con los trabajadores de la empresa, mediante la creación de programas efectivos de soporte y apoyo a pilotos dentro de la estructura de la propia compañía. Programas que no tan solo deberían de servir para la rehabilitación sino que a través de una asistencia especializada se pudiese favorecer la creación de entornos de confianza y por ende, de prevención.


En el caso del copiloto alemán, se produjeron diversos atenuantes que hicieron que Lubitz no compartiera esta información. Sin lugar a dudas, unas empresas con inteligencia emocional y empatía por sus trabajadores facilitarían que los empleados comunicasen por iniciativa propia cualquier problema sanitario que se presentase, sin temor al ostracismo.


No solo se trata de hacer una reflexión sobre el secreto profesional, sino que también este accidente hace imperiosa la reflexión acerca de las consecuencias que la transformación del sector de la aviación está generando en sus profesionales. Un contexto laboral cada vez más exigente pero cada vez también más inestable y estresante, en especial fruto de los nuevos modelos de contratación aplicados por las compañías y permitidos por las autoridades.


Germanwigs puede ser una oportunidad para mejorar muchas cosas.

1 Comentarios

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Creo que la parte mas importante del texto es la final, cuando hablas de las condiciones laborales que se están dando actualmente a los pilotos, en especial a los pilotos con pocas horas de vuelo. EL elevado coste tanto económico como social y familiar que tiene formarse como piloto comercial, sumado a la baja remuneración e inseguridad en el trabajo pueden originar graves problemas psicológicos en especial a quienes tienen menos experiencia de vida y se creen todo lo que nos venden cuando buscamos información para estudiar, nos cuentan solo las cosas buenas e incluso esas son exageradas lo que provoca una sensación de engaño que en muchos casos lleva a que se pierda el enamoramiento por esta profesión como mínimo y a situaciones desesperadas como la vivida por ese piloto. Yo vi como mi vida social fue completamente al traste mientras estudiaba porque no tenia tiempo para salir com mis amigos y sabemos que si no apareces muy amenudo dejas de ser parte. Tengo compañeros que han pagado, ya después de los cerca de 100 mil euros por la licencia, otros 60 mil para poder trabajar durante 6 meses como piloto comercial, lo que se está llamando Pay2fly; Además esta es la única profesión que conozco en la que como máximo cada 6 meses se puede perder el trabajo en el caso de no aprobar los exámenes que todas las compañías hacen; Y que decir de muchas otras cosas que nos afectan pero no quiero escribir un comentario mas grande que el texto original.

escrito por César Machado 01/feb/17    14:52

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