Son pocas las veces que uno encuentra con historias de diplomáticos reaccionando en contra de las directrices o políticas presidenciales. Por supuesto, han existido casos individuales de diplomáticos de carrera que se han negado a cumplir instrucciones o se han pronunciado contra una política o actuación internacional que la consideran inconstitucional o inapropiada para el país. En Venezuela hemos tenido actuaciones es ese sentido pero generalmente terminan con renuncias a los cargos.
Espinoso es ver una situación como la que se suscitó en el departamento de estado en estos primeros días del Gobierno de Donald Trump, cuando un grupo de casi 1.000 diplomáticos circularon lo que han llamado el "comunicado disidente" en donde critican la orden presidencial que limita la entrada a los EUA a ciudadanos de siete países musulmanes y a refugiados. Los firmantes deducen que esta política más que hacer más seguro al país lo hace más vulnerable. En gran parte tienen razón.
Es quizás la primera vez que una situación como esa se presenta en el departamento de estado. Caracterizado por una diplomacia profesional y disciplinada. La Casa Blanca reaccionó advirtiéndole a los funcionarios que deberían renunciar a sus cargos si no estaban de acuerdo con las decisiones de Trump.
Desde una perspectiva de estado la práctica de los funcionarios es incorrecta. Los diplomáticos, por lo general, siempre tienen medios de expresar a las autoridades, dentro de sus perspectivas instancias, su visión sobre los distintos temas que correspondan en el ejercicio de sus obligaciones. Por supuesto, en democracias, cada persona tiene sus propios criterios, simpatías o antipatías por un gobierno determinado.
El profesional de la diplomacia se ciñe a los más altos interés de la nación. Si una política determinada sobrepasa su capacidad de entendimiento, sus creencias o valores entonces debe renunciar. Actuaciones masivas o en bloques son contraproducentes. Ojalá que la nueva administración en Washington no use el expediente venezolano de limpieza de cuadros profesionales buscando genes puros pues perderá la experiencia que se requiere para la conducción de la diplomacia norteamericana.
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