Contrariamente a la tesis de Ernesto Laclau (1935-2104) sobre el populismo como forma republicana de organización política, que daría mayor lugar y representatividad a las clases sociales relegadas y permitiría la participación de mayores grupos sociales en la pugna de poder y recursos, en la práctica, no podemos sino concluir que precisamente se ha convertido en la principal causa de la tragedia económica y social que hoy recorre América Latina y que amenaza a los Estados Unidos y a Europa.
La condición para alcanzar al electorado y para luego mantenerse en el poder no es otra que la oferta engañosa y la modificación permanente del discurso en la medida que se ejerce el poder. La existencia de un candidato carismático (Chávez, Kirchner, Morales, Ortega) y un discurso encendido y revolucionario, con bien definidos enemigos comunes, llámese imperio, iglesia, oligarquía, emigrantes o musulmanes, contribuyen a que esos permanezcan en el poder mientras paulatinamente van destruyendo sus economías, minimizando sus sectores privados y convirtiendo al estado en omnipresente en todas las actividades productivas mientras se depura las creación individual.
Bien lo resumen A. Kaiser y G. Álvarez en una reciente publicación, el populismo desprecia la libertad individual, nuestros males son culpa de otros, rechazo a los profesionales de la política y desconfianza en las instituciones públicas existentes cuando asumen el poder. Los gobiernos que se sustentan en estos parámetros tienen que mutar permanentemente de acuerdo a su realidad económica. Su retórica y demagogia se guiara de acuerdo a las circunstancias y el disfraz democrático lo usaran de acuerdo a conveniencias. La retórica del igualitarismo, el antiliberalismo, el pueblo amado y el discurso antielitista serán parte de los comodines que están siempre presentes. Mientras tanto las nuevas elites se enriquecen, se aprovechan de las necesidades del pueblo dando paso a la corrupción y a la represión mientras tratan de mantener la movilización de las masas contra los opositores. En Venezuela hemos visto concentrada todas las variaciones posibles de este fenómeno.
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