Los dioses y diosas egipcias eran numerosos y se representan en muchas pinturas y murales. Algunos dioses se representaban en las constelaciones, y en cuerpos astronómicos reales.
La constelación de Orión, por ejemplo, representaba a Osiris, que era el dios de la muerte, el renacimiento y el más allá. La Vía Láctea representa a la diosa Nut cque dio a luz al dios sol Ra. Las estrellas en la mitología egipcia eran representadas por la diosa de la escritura, Seshat, mientras que la Luna era o Thoth, el dios de la sabiduría y la escritura, o Khons.
El horizonte era extremadamente importante para los egipcios, ya por ahí el Sol aparecía y desaparecía a diario. Un himno al dios Sol Ra muestra esta importancia:
“¡Oh Ra! , radiante en tu disco, que brilla desde el horizonte, que nadas en el firmamento de acero‘. El Sol en sí estuvo representado por varios dioses, dependiendo de su posición. Una la mañana de sol naciente es Horus, el hijo divino de Osiris e Isis. El sol del mediodía era Ra, debido a su increíble fuerza. La noche se convirtió en Sun Atum, el dios creador que levanta a los faraones de sus tumbas y los lleva a las estrellas. El color rojo del sol del atardecer era considerado como la sangre del dios Sol como murió. Después de que el sol se había puesto, se convirtió en Osiris, dios de la muerte y el renacimiento. De esta manera, la noche se asocia con la muerte y el día con la vida o renacimiento. Esto refleja la idea egipcia típica de la inmortalidad.
Los egipcios fueron los creadores de una de las primeros calendarios de la humanidad. El calendario se basó en las fases de la luna, donde el año tenía a 354 días, con 12 ciclos lunares.
Posteriormente se aprobó un nuevo y más preciso calendario, basado en la inundación del río Nilo. El año comenzaba con la aparición de la estrella Sirius (“Soped” para los antiguos egipcios) en el horizonte, que coincidía con el inicio del período de inundación del río Nilo. Así, el calendario egipcio era de 12 meses de 30 días, divididos en 3 estaciones: “Akhet” (período de inundación), “Peret” (época de siembra) y “Shemou” (tiempo de cosecha), y 5 días más para vacaciones para el culto de los dioses, totalizando así un año de 365 días.
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