Hace mucho tiempo cuando casi nadie cerraba su casa y menos bajo llave. Y, cuando salían con el coche, lo aparcaban abierto y con la llave en el contacto. Era otra Andorra.
Todavía hoy, y en los años recientes, la sensación de seguridad es alta, muy alta si se compara con los grandes estados occidentales y, las encuestas realizadas en los últimos años a los turistas, destacan esta realidad como uno de los principales valores y atractivos del país.
La sacudida de los atentados en Barcelona y Cambrils, sin embargo, ha marcado también el planteamiento de futuro. El sábado, 19 de agosto, después de la concentración de condena y solidaridad con las víctimas, con presencia de cientos de personas encabezadas por el Copríncipe-obispo y el jefe del Gobierno, el titular del Ejecutivo anunciaba medidas para prevenir potenciales ataques del radicalismo islamista, incluida la posible creación de una nueva unidad antiterrorista.
La oposición respondió inmediatamente que se trataba de una declaración demagógica y oportunista. Nunca se ha dicho que el pequeño estado pirenaico haya aparecido como objetivo en los mensajes del Estado Islámico; ni siquiera lo podrían incluir, con base histórica, como parte de Al Andalus peninsular que reivindican como territorio a reconquistar.
Una nueva, o renovada, ley de seguridad ciudadana y un refuerzo de los efectivos del servicio de policía son medidas ya anunciadas. En cuanto a la segunda iniciativa, hay en marcha un concurso para ampliar en treinta el número de agentes.
Una voz autorizada del cuerpo explicaba a este periodista que, a pesar de las altas previstas, el conjunto de efectivos policiales, incluidos técnicos de apoyo como informáticos o abogados, el número se mantendría igual al de 2005, a pesar de haber asumido nuevas tareas derivadas de los compromisos internacionales, como los fiscales y financieros.
Añadía la misma fuente que, hasta la fecha, está pendiente de tener dotación suficiente para mantener la vigilancia en la frontera francesa las veinticuatro horas de cada día, que sólo se hace efectiva en casos puntuales.
Para completar los elementos del debate hay que decir que el cuerpo de seguridad forma parte de Interpol que en la amplia área de policía criminal están integrados el grupo de intervención (fuerza de choque y de élite), grupos de análisis de información (del exterior que se recibe y de la interior), el grupo Tedax de desactivación de explosivos...
Todo ello sin olvidar el servicio de tráfico, con el complemento de los servicios comunales y el control de las fronteras, con la carencia mencionada.
La creación de un nuevo órgano dedicado específicamente contraterrorismo parecería de entrada de una necesidad objetiva dudosa. Sin embargo, nunca se puede decir nunca, y más vale prevenir que curar. Y con estos dos lemas bien presentes, y la situación internacional, lo cierto es que Andorra reforzará su seguridad, por si acaso.
Que España y Francia LES PROTEGIERAN, les salía GRATIS TOTAL. Pero si quieren ser un Estado, con todas las de la ley, tendrán que poner los euros encima de la mesa. ¡Y es lo mismo que le pasará a Cataluña si sigue adelante con sus deseos de independencia!
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