La relación entre tatuajes y el riesgo de sufrir cáncer: esto es lo que dice la ciencia

La Universidad del Sur de Dinamarca ha hecho un estudio con parejas de gemelos

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Un tatuador trabaja con una persona. Foto: Wikipedia

 

Hoy en día, los tatuajes son parte del paisaje cultural. Han pasado de ser un símbolo marginal a una moda instalada en todas las generaciones, especialmente entre los más jóvenes. Sin embargo, detrás de esta tendencia, surge una pregunta cada vez más relevante: ¿qué efectos puede tener la tinta de los tatuajes en la salud a largo plazo?

Un estudio reciente realizado por la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU), en colaboración con la Universidad de Helsinki, ha puesto sobre la mesa datos inquietantes. La investigación, basada en el análisis de 5.900 gemelos daneses, sugiere que las personas tatuadas podrían tener un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, en particular cáncer de piel y linfoma. La clave está en la forma en que el cuerpo procesa la tinta.

 

La tinta de los tatuajes no se queda solo en la piel

Aunque a simple vista parezca que la tinta permanece en el lugar del tatuaje, los científicos han comprobado que una parte significativa de estas partículas viaja a través del cuerpo. Con el tiempo, tienden a acumularse en los ganglios linfáticos, órganos esenciales del sistema inmunitario encargados de filtrar sustancias nocivas y combatir infecciones.

Henrik Frederiksen, consultor de hematología en el Hospital Universitario de Odense y profesor clínico en la SDU, explica que el organismo probablemente percibe esas partículas de tinta como sustancias extrañas. Esto podría activar una respuesta inmunitaria constante y provocar inflamación crónica en los ganglios linfáticos. A largo plazo, esta situación puede dar lugar a alteraciones en el crecimiento celular y aumentar el riesgo de cáncer.

 

La relación entre los tatuajes y el linfoma

Uno de los hallazgos más destacados del estudio es el vínculo entre la tinta acumulada en los ganglios linfáticos y el linfoma, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. En los individuos tatuados, la incidencia de linfoma resultó ser casi tres veces mayor en comparación con quienes no llevaban tatuajes. Los investigadores consideran que esta relación es aún más evidente en personas con tatuajes de gran tamaño (mayores que la palma de una mano), ya que una mayor superficie tatuada implica más tinta en el organismo y, por lo tanto, un mayor nivel de exposición.

Jacob von Bornemann Hjelmborg, profesor de bioestadística en la SDU, destaca la fortaleza del estudio al haberse realizado con gemelos. Al comparar parejas en las que solo uno tiene tatuajes o ha desarrollado cáncer, se reducen significativamente los factores genéticos y ambientales que podrían distorsionar los resultados. Esto permite observar con mayor claridad el impacto de los tatuajes como posible factor de riesgo.

 

Un riesgo a largo plazo difícil de medir

Uno de los principales desafíos para los científicos es la latencia del cáncer. Muchas veces, los efectos de una exposición temprana no se manifiestan hasta décadas después. Esta es una de las razones por las que resulta complicado establecer de forma concluyente una relación de causa y efecto entre tatuajes y cáncer. Sin embargo, los datos observados hasta ahora plantean una preocupación que no puede ignorarse.

Signe Bedsted Clemmensen, profesora adjunta de bioestadística en la SDU, subraya la importancia de seguir investigando. Aunque los resultados apuntan a que la cantidad de tinta y el tiempo que permanece en el cuerpo influyen en la acumulación en los ganglios linfáticos, todavía falta comprender a fondo los mecanismos que provocan los daños al sistema inmunitario.

 

¿Qué se sabe sobre las tintas utilizadas?

Las tintas para tatuajes son una mezcla de pigmentos y otros compuestos químicos, algunos de los cuales no han sido objeto de un control riguroso. En ocasiones, pueden contener metales pesados y sustancias potencialmente tóxicas. Cuando estas partículas llegan a los ganglios linfáticos, el cuerpo puede reaccionar activando de manera continua su sistema inmunológico, lo que a la larga podría derivar en inflamación persistente y otros problemas de salud.

 

Precaución e información, claves para decidir

El tatuaje es una decisión estética y personal, pero es importante tener en cuenta la información científica disponible antes de tomarla. Aunque no se trata de generar alarma, los investigadores coinciden en que es necesario estudiar más en profundidad los riesgos a largo plazo y regular de manera más estricta los componentes de las tintas.

Este estudio no pretende desaconsejar los tatuajes de forma tajante, sino más bien concienciar sobre la necesidad de tomar decisiones informadas. Además, pone de manifiesto la urgencia de profundizar en la investigación para garantizar que esta práctica, tan extendida en la actualidad, se realice de la forma más segura posible.

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