El papa Francisco halla reposo eterno en Santa María la Mayor: la tumba podrá visitarse el domingo
El Papa Francisco ya descansa en la Basílica de Santa María la Mayor, donde reposan otros siete papas. Su féretro ha sido enterrado, tal como él deseaba, en este emblemático templo romano, según ha informado la Santa Sede y recoge Vatican News
El féretro con los restos del Papa Francisco llegó este sábado 26 de abril a la Basílica de Santa María la Mayor alrededor de las 13:00 horas, tras la misa exequial celebrada en el Vaticano, que reunió a líderes mundiales y decenas de miles de fieles. En contraste, el entierro fue una ceremonia estrictamente privada, con la presencia de cardenales, obispos, religiosos y los portadores del féretro.
Un gesto simbólico en las puertas de la basílica
Antes de acceder al templo, un grupo de unas 40 personas —entre pobres, presos, transsexuales, migrantes y personas sin hogar— esperó el féretro en la escalinata, llevando cada uno una rosa blanca, un gesto simbólico que precedió la entrada solemne a la basílica. Este momento fue un reflejo de la inclusión y la solidaridad que siempre fueron valores centrales para el Pontífice.
Dentro de la basílica, el féretro se colocó con la cabeza de Francisco orientada hacia la imagen de la Virgen, como señal de respeto y veneración. Unos niños, con cestas de flores blancas, llevaron las flores hasta el altar, añadiendo un toque de inocencia y esperanza a la ceremonia.
Último deseo cumplido: el Papa ya descansa fuera del Vaticano
La ceremonia fue presidida por el camarlengo Kevin Farrell, siguiendo las normas del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Solo asistieron familiares y personas muy cercanas al Papa, cumpliendo así el deseo expresado por Francisco en vida: ser enterrado en Santa María la Mayor y no en el Vaticano, como reveló en una entrevista de diciembre de 2023: "Quiero ser enterrado en Santa María la Mayor", afirmó.
Con este acto, Francisco se convierte en el primer pontífice en 120 años en no descansar en el Vaticano, rompiendo una tradición de siglos.
Una devoción profunda por Santa María la Mayor
El vínculo de Francisco con esta basílica siempre fue muy especial. Tan pronto como fue elegido Papa, acudió a rezar allí, y siempre regresaba antes y después de cada viaje apostólico. Santa María la Mayor, situada sobre la montaña Esquilino, domina la ciudad de Roma desde hace 16 siglos y es una de las cuatro basílicas papales más veneradas en el mundo.
Según la tradición, fue la misma Virgen quien, en sueños, indicó al Papa Liberio y al patricio Juan el lugar para la construcción de la basílica. Cada 5 de agosto se celebra el Milagro de la Nieve, con una lluvia de pétalos blancos durante la misa, en recuerdo de este evento milagroso.
En este templo, también descansan los restos de siete papas, el gran artista Bernini, y reliquias como la icono mariana Salus Populi Romani y el Sagrado Pesebre del Niño Jesús.
El sello final y el acta de enterramiento
Sobre el féretro de Francisco se estamparon los sellos oficiales del Cardenal Camarlengo, la Prefectura de la Casa Pontificia, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Romano Pontífice y el Capítulo Liberiano. Tras ser depositado en el sepulcro, el féretro fue bendecido con agua sagrada, como parte del ritual de enterramiento. El acta oficial del enterramiento fue redactada y firmada por los máximos responsables de la ceremonia, certificando así la conclusión de un momento solemne.
Nueve días de luto y misas solemnes en San Pedro
El Vaticano ha decretado un período de luto de nueve días, durante los cuales se celebrarán misas solemnes en la Basílica de San Pedro hasta el 4 de mayo. En cada misa, presidirán altos representantes de la Santa Sede, como el Secretario de Estado Pietro Parolin, el Vicario General Baldassare Reina o el mismo camarlengo Kevin Farrell.
Este período culminará el domingo 4 de mayo con una misa final en la Capilla Papal, presidida por el cardenal Dominique Mamberti.
La muerte de Francisco, a la edad de 88 años, marca el comienzo del tradicional período de luto y prepara el camino para el cónclave de cardenales, que deberá reunirse en un plazo máximo de 20 días para elegir a su sucesor.
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