Sánchez Piñol publica “Les tenebres del cor”
Un libro de libros que es un viaje al corazón de África pero, sobre todo, al corazón de la literatura
“Los antropólogos somos chafarderos profesionales” confiesa Albert Sánchez Piñol, que debe saberlo por ciencia propia pues tal fue su formación académica, aunque con el paso del tiempo se le ha conocido principalmente como escritor y novelista. Lo cierto es que nunca ha renunciado a esa condición originaria y para muestra, basta un botón: su última obra “Les tenebres del cor” (La campana) que es, según su editor, un “libro de libros con historias que permitirían un tratamiento propio e individualizado y con el aditamento de unas memorias del propio autor”. Porque este texto, que tiene como eje narrativo a los llamado pigmeos del África ecuatorial, es directamente tributario de la experiencia de Sánchez Piñol, que realizó tres viajes entre 1996 y 1998 por aquellos pagos y conoció la realidad de unos colectivos que no son unívocos.
Y no lo son porque el mismo conceto de “pigmeo” es una construcción cultural, bien que longeva puesto que tiene su origen en uno de los cantos de “La Ilíada” y, por tanto, en Homero, en una fábula que siglos más tarde Aristóteles convirtió en realidad y que luego ha dado lugar al interés o la curiosidad de diferentes investigadores. El caso es que, según Sánchez Piñol, los pigmeos en sentido estricto no existen y si bien existen colectivos de raza negra caracterizados por su parva estatura, son heterogéneos y en muchos casos ignorados entre ellos mismos.
Refiere que tenía en la cabeza este libro que ahora ve la luz desde su primer viaje al Congo y del interés que suscitó su contacto con unas gentes que no son tal cual el primer mundo les imaginaba. El resultado es, por consiguiente, este texto que califica como de “literatura sin ficción” y en el que estudia a diversos investigadores que trataron de desentrañar cómo eran. Así Paul Belloni du Chaillu, un francés del Índico que fue a África en busca del gorila y descubrió a los obongo; Georges Schweinfurth, un germano báltico al que se consideró el “descubridor” de los pigmeos; el misionero norteamericano Samuel Verner, que recibió el encargo de “importar” pigmeos para el Exposición Universal de San Luis de 1904 y que encontró a Ota Benga que acabó exhibido en un zoo del Bronx con un chimpancé y un orangután; el sacerdote alemán Wilhelm Schmidt, empeñado en demostrar la existencia de Dios en la fe monoteísta de un pueblo primitivo; el matrimonio de Anne Eisner y Patrick Putnam, que regentó un hotel en Camp Putman con un zoo en el que vivía un centenar de mbutis utilizados luego en películas de la MGM; y Colin Turnbull, nómada impenitente que hizo amistad con los anteriores y escribió “El pueblo de la selva”. Todo ello coronado con el relato de la experiencia vivida durante sus viajes por el propio autor.
Un libro en el que todo tiene base documental, aunque Sánchez Piñol lo ha redactado con técnica narrativa, cuyo dominio tiene fehacientemente acreditado “porque si los americanos inventaron el realismo mágico, en África se impone el surrealismo mágico” como acredita en este libro que es, según su editor, “un viaje al corazón de África pero, sobre todo, un viaje al corazón de la literatura”.
Escribe tu comentario