Contadora, un modelo viable

Óscar Hernández Bernalette
Diplomático

Bandera de Venezuela


A riesgo de las reacciones de lectores y demás de personas que aprecio y respeto en el quehacer de la política quiero insistir en el tema de la negociación que se requiere para salir de esta crisis que poco a poco desdibuja a la nación venezolana. Los venezolanos de bien queremos que se termine la crisis, no es justo el sufrimiento esta le produce a millones de personas y que los hijos de Venezuela se sigan yendo del país en búsqueda de oportunidades. Quienes esperan una intervención externa o un quiebro final que destruya a quienes gobernaron están viendo solo parte del bosque. La venganza no enaltece. La salida obliga a una negociación integral y realista. 


Rescatar la república se lo merece y es por ello el dialogo y la negociación es fundamental para evitar que el país entre en una espiral de violencia o de conflicto civil. Lo hemos dicho en anteriores notas. No hay que hacer grandes análisis politológicos para concluir que cuando las válvulas de escape se cierran, cuando un sector quiere predominar por la fuerza, cuando las instituciones del Estado se parcializan y se convierten en apéndices del ejecutivo, cuando la economía se estanca, la pobreza crece y la democracia deja de funcionar, estamos ante la antesala de la violencia.


Es por ello que urge que Gobierno y oposición reanuden los esfuerzos de dialogo y negociación con garantía internacional. El modelo Grupo Contadora fue una gran experiencia. Me correspondió hacer la primera tesis de postgrado sobre este grupo y sus enseñanzas y metodología hay que rescatarlas. Un acuerdo desde afuera con actores internacionales mutuamente acordados puede ser una salida válida.


Los confrontados tienen que demostrar su interés en avanzar en un acuerdo. El país quiere que sus dirigentes encuentren los caminos para recuperar la crisis económica que la sumerge en pobreza. En estos tiempos, todos estamos perdiendo, incluyendo los que se consideran victoriosos.


Insistimos en que seria una irresponsabilidad seguir forzando la barra y no negociar. El gobierno debe entender que a pesar del aparente poder del que dispone , el sometimiento de instituciones y el apoyo de la Fuerza Armada, no es suficiente para detener una avalancha cuando esta se produzca. La espiral represiva y el aniquilamiento del adversario no garantiza la permanencia en el poder. 

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