La utilización que Pablo Iglesias hace de las consultas es ya un hecho que conocen bien los “militantes” de Podemos, muchos de los cuales ya no se la tragan por el control que de ellas hace la guardia pretoriana del líder morado.
La última, realizada esta misma semana –con trampa incluida- era para preguntar a las “bases”, o lo que es lo mismo, para que Iglesias pudiese tener la escusa de seguir presionando a Sánchez para entrar él en el Gobierno como vicepresidente. Pero le ha salido rana, por mucho que vendan que el 70% ha apoyado la propuesta de su líder: un gobierno de coalición integral (programa y equipos con el PSOE, sin vetos y con una representación proporcional). Es la carta que se guardaba en la manga el aspirante a vicepresidente para seguir presionando al PSOE.
De los más de 500.000 inscritos que dice tener Podemos, solo han votado 138.000, un 26,64%, de los cuales el 70% han respaldado, mientras que un 30% la han rechazado. Cada vez hay menos participación de las bases. Saben perfectamente que son utilizados para que el matrimonio Iglesias&Montero y su amigos saquen beneficio propio. No es la primera vez que eso ocurre, la gente hace tiempo que está decepcionada con la estrategia de la pareja. La representante del sector crítico, Teresa Rodríguez, no estaba de acuerdo con las preguntas. Además es partidaria de no formar parte del gobierno. Esa posición no es compartida por la dirección del partido.
La insistencia de Pablo Iglesias para ser vicepresidente es el escollo mayor para llegar a un acuerdo con los socialistas, según palabras del propio Sánchez. Muchos mandos de Podemos, en privado, critican la insistencia de su líder para tener un sillón en el consejo de Ministros. No es comprensible la insistencia, sino en clave de ‘prurito personal’.
En las últimas horas, puede producirse un cambio en la actitud de Pablo Iglesias, dado el punto en el que se encuentra la situación y además las presiones externas de pesos pesados de la cultura para que apoye la investidura del presidente en funciones. La estrategia ahora pasaría por “sacrificarse” Pablo y en su lugar, como ministra, entrara su compañera Irene Montero, que en realidad es lo que ella siempre ha querido. No obstante, Montero no es del agrado del socialista, por ser una persona poco discreta. Y muy broncas.
Sea como sea, un cambio en los negociadores de ambos partidos sería bueno para intentar algún tipo de acuerdo hasta el lunes. Si no es así, la sombra de una convocatoria de nuevas elecciones volvería a la primera línea de opciones de Pedro Sánchez.
Lo que sí queda claro es que Pablo Iglesias dará un paso al lado, pero medido, ya que el protagonismo lo llevaría Montero. Todo queda, en casa como dirían muchos. Las familias en Podemos son muy importantes, sobre todo la de Pablo Iglesias.
Escribe tu comentario