​Errejón frente a Iglesias, el morbo de las elecciones del 10-N

Carmen P. Flores

Este ha sido un fin de semana pasado por agua en algunas zonas de España, mientras que, en el panorama político nacional, las miradas estaban puestas en la decisión de Más Madrid de presentarse a las elecciones del 10-N. Finalmente, será así, si Iñigo Errejón está dispuesto a encabezar la candidatura de su partido después de deshojar varias margaritas, gracias al 99% de los 400 militantes que le proponen para encabezar la candidatura después de que Manuela Carmena declinará ser la cabeza de cartel.


Iglesias errejon



Ahora queda por definir en qué circunscripciones van a presentar candidaturas y quiénes van a encabezarlas. En los próximos días se irán conociendo los nombres.


La candidatura de Iñigo Errejón va a significar un torpedo en la línea de flotación de sus antiguos compañeros de Podemos, ahora transformado en Unidas Podemos para darle un perfil más feminista, con la vista puesta en un futuro de la presencia de una mujer como candidata a la presidencia del gobierno. Para las del 10-N con toda probabilidad esta situación no va a producirse. La lista que se maneja es de una cierta continuidad: Pablo Iglesias de primero e Irene Montero de segunda, como está mandado, -con más presencia mediática- y el resto de integrantes, serán de la cuerda del jefe, ya que los críticos han desaparecido de la formación morada.


La posibilidad de que Más Madrid pueda confluir con las Mareas no está descartada dado las graves e insalvables diferencias que han tenido en los últimos tiempos con la dirección podemita. En Catalunya, el partido de Colau tiene la intención de seguir su alianza con Podemos; se ha hecho con el poder de la formación, lo que quiere decir que si Errejón presenta lista, los comunes pueden perder votos ante un más que previsible cabeza de lista Jaume Asens -por cierto que ha realizado un cambio de imagen- con sus devaneos independentistas que tanto molestan a una buena parte de la militancia que no se siente identificada con él.


Iñigo Errejón tiene buena imagen, no está quemado, es un perfil moderado, tiene talante negociador y puede recoger votos de los desencantados de Podemos. ¿Cuántos? Esa es la incógnita.


Mientras, Ciudadanos, otro de los posibles perjudicados, según las encuestas, tiene a su líder Albert Rivera encerrado en su círculo pequeño. Se ha vuelto desconfiado y más prepotente, no se cree las encuestas y aspira, a sentarse en el consejo de ministros. ¿Con quién? Depende de cómo se puedan cuadrar los números después de conocer los resultados. En política, dos más dos no tiene por qué ser cuatro, se ha comprobado a lo largo de la historia: matemáticas y política no van precisamente de la mano.


El otro perjudicado del adelanto electoral lo encontramos en Vox, que ha perdido fuelle y se habla de una pérdida importante de diputados. Quizás por esas previsiones, Abascal ya ha empezado a marcar perfil propio. Necesita mantener el mismo número de escaños y ser la llave del posible gobierno de PP y Ciudadanos.


Lo que sí queda claro es que, con la presencia de Errejón en la política nacional y su lucha por restarle votos a Podemos, se añaden más elementos a la hora de que Pedro Sánchez tenga otra opción de pacto que no sea la de Podemos. Eso sí, dependen de los escaños que pueda conseguir el político con cara de niño.


El morbo está servido; finalmente, Errejón se enfrenta a Iglesias.

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