Después de oír la entrevista de Josep Cuní a Rafael Ribó, el Síndic de Greuges catalán, en el programa "Aquí" de la Cadena SER, creo que hay que puntualizar algunos aspectos de su declaración que han levantado una verdadera "tormenta en un vaso de agua ". Sin entrar en si las declaraciones han sido o no desafortunadas, lo que resulta evidente es que no se han entendido y que la respuesta de los medios de comunicación y las redes sociales denota un gran desconocimiento del verdadero problema que no es otro que la lamentable infrafinanciación crónica de la sanidad catalana en particular y de la española en general.
Duros a cuatro pesetas
Ya lo dice el viejo proverbio catalán: no se pueden dar duros a cuatro pesetas. Y esto es lo que ocurre en el Sistema Nacional de Salud desde hace dos décadas. Los responsables políticos han permitido que, a pesar de que el coste creciente de las tecnologías y de la atención a la cronicidad requieren más inversión, España pasara de invertir en gasto sanitario público el 7,2% del PIB al 5,8%. Esta pérdida de 1,4 puntos porcentuales supone que hoy no se hagan las reformas necesarias y que no se hayan invertido recursos suficientes en infraestructuras y tecnologías. Esto se agrava con la dramática reducción salarial de los profesionales sanitarios, que oscila entre un 11% y un 23% dependiendo de la categoría.
Los políticos deberían invertir un 20% más en sanidad pública para enjugar el déficit crónico de 33.000 millones de euros que arrastran las sanidades de todas las CC.AA. Este el verdadero problema y no otro. El resto es el "chocolate del loro". En cierto modo los ciudadanos somos también responsables de esta situación porque no hemos presionado lo suficiente a los gobernantes para que reparen esta injusticia histórica que nos perjudica a todos.
Si la sanidad catalana dispusiera de 10.000 millones de euros y no de los 8.000 actualmente presupuestados, se minimizarían las listas de espera y no haría falta ni el Fondo de Cohesión Sanitaria ni el Fondo de Garantía Asistencial (FOGA) creado en 2012 para compensar las comunidades por los pacientes de otras regiones que utilizan la sanidad cuando están desplazados de forma temporal o por vacaciones
Analicemos ahora las cuatro declaraciones principales de Rafael Ribó.
El exiguo sobrecoste de los desplazados en lista de espera
Rafael Ribó no afirma exactamente que las listas de espera catalanas sean debidas a las personas de fuera de Cataluña que vienen a operarse aquí. Sólo afirma que éste es una causa más, entre muchas otras la principal de las cuales es la infrafinanciación crónica. De hecho, el sobrecoste de los desplazados es un problema menor dado que los 33 millones de euros anuales de compensación que deben el Fondo de Cohesión Sanitaria y el Fondo de Garantía Asistencia en Cataluña es un pedacito financiero en relación a los más de 8.000 millones de presupuesto de la sanidad catalana. Afirmar que el Síndic asevera que Cataluña tiene listas de espera muy largas debido a los desplazados de otras CC.AA. que vienen a operarse en Cataluña no se corresponde ni al sentido ni al contenido de las declaraciones de Rafael Ribó. Es un sobrecoste, sí (sobre todo si no es paga con el Fondo de Cohesión) pero mínimo atendiendo al presupuesto. Hay que centrarse en el verdadero problema que es la dolorosa e injusta infrafinanciación sanitario.
Las listas de espera deben ser sobre todo racionales
A todos los profesionales sanitarios nos gustaría que no existieran las listas de espera. Pero lo cierto es que todos los sistemas sanitarios europeos las sufren en mayor o menor grado. Si un sistema sanitario cuesta realmente 10.000 millones de euros, pero solo recibe 8.000 no queda más remedio que ordenar el gasto. El verdadero problema es que ya que no las puedes evitar debes hacerlas racionales, equitativas y justas. Es razonable que un paciente espere meses para una cirugía no vital como una prótesis de rodilla, pero no se puede hacer esperar ni un día más a un enfermo que necesita una cirugía cardíaca urgente. Por tanto, dado que las listas de espera son inevitables si no se invierte más, deben ser racionales. Y en Cataluña el mecanismo de las listas de espera está en manos de especialistas suficientes capacidades que cuidan escrupulosamente de que sean justas y adecuadas. Es más importante que espere quien puede esperar que la tasa de pacientes en lista por 1000 habitantes.
La excelencia de la sanidad catalana: profesionales héroes a precio de saldo
Estoy totalmente de acuerdo con con el Síndic de Greuges en que a pesar de la penuria financiera los resultados de la sanidad catalana son excelentes. Somos líderes europeos en trasplante de riñón, en vacunación infantil y en esperanza de vida. Pero lo somos gracias a unos profesionales sanitarios de excelencia que dan todo lo que tienen y más en beneficio de los pacientes. Profesionales que reciben la mitad de sueldo que sus homólogos europeos. Como sino se entiende que un anestesiólogo, que necesita cursar 6 años de carrera y 5 de especialidad MIR, reciba 1.400 euros al mes por un contrato de 30 horas semanales. Totalmente inaceptable.
Los profesionales son, tal como afirmaba mi amigo Helios Pardell, "héroes a precio de saldo".
Héroes que sostienen y hacen avanzar nuestra sanidad a pesar de la desidia de los políticos.
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