Cada día al abrir los links en las redes sociales, oír la radio o ver la televisión espero que las noticias respecto a los asesinatos que lleva a cabo el terrorismo machista hablen de las víctimas. Espero que les pongan nombre y les devuelvan la identidad que estos asesinos les han robado. Espero que hablen de sus proyectos, sus realidades y de sus sueños arrebatados.
La triste realidad es que estas mujeres mueren dos veces. Una, a manos de sus asesinos que no soportaron que ellas les dijeran ¡basta! Soy libre no soy de tu propiedad. La segunda vez mueren cuando no se habla de ellas, cuando se las condena a ser unas siglas y un número en las sangrantes estadísticas anuales. Unas estadísticas que deberían ser, como las de cualquier terrorismo, sumando, como mínimo, las que llevamos en 40 años de democracia que alcanzan, tal como ya escribí hace tiempo, más de 2.200 mujeres a estas alturas de 2013. Las víctimas de ETA se contabilizaron siempre desde la primera, sumándolas, año tras año, en una contabilidad infernal. Una contabilidad que enfrentaba a las personas con la realidad global. ¿Porqué esto no se hace con las víctimas del terrorismo machista? ¿Quién tiene tanto interés en minimizar esta lacra, esta problemática social que roba el futuro a la sociedad en su conjunto?
Publicar cada vez el número total de mujeres asesinadas, desde que se tienen estadísticas bastante fiables, es la forma de enfrentar a la sociedad con este horror. Es lo que deberíamos hacer en los medios y, desde luego, un gobierno con conciencia respecto a la grave problemática social que representa el terrorismo machista. Claro que en este gobierno de la derecha neofranquista la conciencia es tan inexistente que incluso hay ministra que lo que quiere es rebajar las estadísticas dejando fuera a algunas mujeres víctimas, como si esto fuera el IPC. Han comenzado por intentarlo en referencia a las horas de hospitalización, espero que luego no se les ocurra que las que su asesino se suicida luego, a lo mejor ha sido por amor y no hace falta tampoco que entren en las estadísticas, más que nada porque en ese grado de cinismo podemos llegar a ver que dependiendo del número de cuchilladas puedes no pasar a formar parte de la estadística del horror. No se si la ministra espera que eso pueda aligerar sus presupuestos pero desde luego deja clara la catadura moral y la ideología política de quienes nos gobiernan hoy desde el neo-franquismo y el catolicismo de peineta y mantilla.
En este país donde el terrorismo, desgraciadamente, segó muchas vidas se han hecho homenajes oficiales, declaraciones de Estado, murales y monumentos con sus nombres. Se han llenado también portadas y artículos con sus nombres, sus sueños, sus proyectos y sus biografías. ¿Pero qué sabemos de las víctimas del terrorismo machista? Nada. Porque excepto los homenajes que los grupos feministas han hecho nombrándolas una a una, los gobiernos estatales, municipales y autonómicos se han limitado a los minutos de silencio para silenciarlas definitivamente encerradas en un número de la estadística interminable del terrorismo machista. De una vez por todas hay que reivindicar que en los medios se digan sus nombres y se hable de su vida no del consabido pasmo de la vecindad bien porque pensaban que era un chico bien educado o porque ya se temían lo peor dado que les oían discutir mucho. ¡basta de crónica indigna! Y más ejercer la función social del Periodismo. Hablemos de ellas, de esas mujeres a las que un asesino les roba el futuro. Y exijamos que en cada pueblo, en cada ciudad de este país haya un muro con sus nombres para que nadie se quede impasible ante el terrorismo machista.
Mientras, pueden visitar el muro TERRORISMO MACHISTA, MEMORIAL DE LAS VÍCTIMAS Una obra colectiva. Una obra en red. Comenzó a finales de 2011 y el trabajo y las luchas feministas en tantos frentes desde que la derecha nos ameniza el país cada día con una nueva bravuconada de los obispogallardones no nos han dejado tiempo a muchas para honrar a las víctimas en el muro.
En estos momentos estamos subiendo los nombres de mujeres víctimas de este terrorismo de España y de México entre varias activistas como @misspartes y @Feminicidios y la inestimable colaboración desde NY de la escritora Maria Lapachet @pdalfileres.
Toda ayuda es bienvenida porque los medios siguen sin publicar los nombres de las víctimas y no publicarlos es condenarlas al olvido. No queremos que sean un número, queremos que se las recuerde con sus sueños y sus proyectos cercenados por terroristas machistas que no soportaron no poderlas tenerlas en propiedad.
Carme Freixa
Periodista
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