Este lunes los pasajeros de un vuelo de Ryanair que salió de Dublín con destino Barcelona se llevaron un buen susto cuando, en lugar de aterrizar, el piloto decidió volver a coger altitud.
Cuando el avión debía aterrizar en la Ciudad Condal, el piloto consideró que había muy poco espacio para realizar la maniobra sin peligro. Así pues, después del aterrizaje frustrado, el avión volvió a coger altitud.
Tras quince minutos sobrevolando la zona, explica Crónica Global que el piloto, el resto de la tripulación y los casi 200 pasajeros aterrizaron en la pista 06L del aeropuerto de El Prat.
Fuentes de Enaire explicaron al medio citado que esto fue decisión del propio piloto, pero que desde la gestora del espacio aéreo habían autorizado el aterrizaje porque sí existía la distancia reglamentaria que debe haber entre dos aviones
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