Vuelve a ser primavera en Salou, por tanto ha vuelto el Saloufest. Y con ella la avalancha de críticas y lamentos por parte de la Administración, la Patronal, los medios de comunicación y los vecinos.
Nosotros no nos dedicaremos a hacer crítica del modelo turístico que defiende la Costa Dorada con lo que realmente practica, eso lo dejamos a los profesionales del sector, pero de ojos en la cara tenemos y desde nuestra vocación queremos revisar los porqués que un propósito como Saloufest y otros afines funcionen como producto mientras banalizan un estilo de consumo de riesgo:
- Una oferta hecha a medida: ya se ha dicho, pero lo repetimos, en Salou se promociona el Sol, playa y alcohol barato en una valla publicitaria mientras que en la de al lado se promociona el turismo familiar, la tranquilidad y Port aventura. Todo el mundo es bienvenido mientras deje dinero.
- El provecho para todos: restauradores, hoteleros, locales de ocio y concretamente el ayuntamiento de Salou, que está sacando provecho de la recaudación que se hace cada noche mediante sanciones por consumir alcohol en la vía pública o por comportamiento inadecuados (orinar, escándalo, destrozos) y en cambio no destina dinero a hacer una prevención real y efectiva. Ni más presencia de cuerpos de seguridad para prevenir disturbios, ni una formación y reglamentación específica para los locales de ocio para que puedan decidir cuando no administrar más bebidas en caso de creerlo necesario, ni aplicar unos requerimientos a la agencia organizadora del evento, aunque sea un aumento del coste del producto. Creemos que prevenir no es evitar incidentes mediante la presión policial, sino transmitir unos valores y una actitud adecuada hacia el ocio nocturno que pase para conocer los límites y el respeto a todos. Y si el público que acude a Salou no lo tiene en cuenta, no podemos dejar de insistir.
- El alcohol como marca autóctona: por mucho que se venda como semana de eventos deportivos, la experiencia demuestra que de deporte se hace poco. Se trata de quemar la noche (y hasta donde llegue). Y ahora con el Karibean Springbreak ya no se cortan, fiesta también durante el día, no hay la excusa de ir a hacer deporte, turistas alcoholizados en todo momento, animándoles además a cometer cualquier comportamiento del que se han estado reprimiendo durante el año, porque ya lo dice el eslogan "What Happens In Salou... Stays In Salou!". El perfil que accede a estas ofertas es joven, busca una ingesta desmesurada de alcohol en breve tiempo y no tener que asumir responsabilidades por sus comportamientos, tanto da lo que tiene que pagar por un cubata, pues sea lo que sea, es más económico que en su tierra. Se trata de un consumo de riesgo en cuanto a sufrir accidentes, comportamientos agresivos y sexuales inadecuados, es decir, todo aquello por lo que nos ponemos las manos a la cabeza cuando se sale de fiesta un jueves o sábado por la noche y lo ves abajo tu casa.
Hay estudios que hablan de una disminución del hábito de consumir alcohol cuando se sale de fiesta entre los jóvenes entre 16 y 24 años (Statistical boletín: Adulto drinking hábitos in Great Britain: 2014) en pro de unos hábitos más saludables, se hace más deporte, mejor alimentación, no se fuma tanto de tabaco... y quizá por eso y por cómo empieza a removerse la población catalana con este tema, este 2016 ha habido 2.200 jóvenes menos que vinieran. Pero no se conformamos con este descenso, habrá una revisión del producto para atraer público similar. Es lo que ocurre con el recién llegado Karbean Springbreak, más de lo mismo y que seguramente deja aún menos beneficio económico en la localidad.
Pero no se decepcionamos con los organismos públicos, al fin y al cabo se trata de un producto privado y mientras se mantenga este inmovilisme desde los hoteleros y comerciantes que si quieren el Saloufest y no se esconden, éstos se repetirán. Psicolabis propone diferentes actuaciones efectivas que pueden cerrar puertas al todo vale de los últimos años e ir a la búsqueda de un turismo de mayor calidad.
- Uno de ellos ya la han llevado a cabo diferentes ayuntamientos de los alrededores, se trata de no ceder las instalaciones deportivas para que hagan nada. No dar pie a malas interpretaciones y malas informaciones. Ser congruentes con el mensaje.
- Mano firme con los disturbios y respeto a la convivencia vecinal. Si realmente se rechaza este modelo de turismo, ya hace años que Salou (y de otras localidades de todo) deberían haber puesto freno a comportamientos incívicos, negocios enfocados a la venta de alcohol, a la omisión de las reglamentaciones en cuanto a consumo de bebidas por parte de los menores, habría creado programas de prevención para los hosteleros y restauradores, introducido educadores de calle para hacer prevención en los propios consumidores, simplemente debería haber imitado lo que ya se hace en otros lugares para promover un ocio nocturno de calidad. Pero no se ha hecho, y creednos, publicó un díptico con la información necesaria para prevenir una sobreingesta, el policonsumo sin un criterio o comportamientos sexuales indeseados no es la solución definitiva, pero ayuda y no cuesta demasiado dinero.
- No nos es posible intervenir a la comunidad inglesa o francesa, pero bien que las agencias organizadoras de los viajes deben pactar precios y condiciones del producto adquirido con negocios de aquí. A estos les animamos a revisarse, no transgredir su propia identidad y no vender dos mensajes contradients. Sabemos que se priorizan los números, pero seguro que si el conjunto de los negocios del territorio adquirieran el mismo propósito se podría vender como un replanteo, esta vez de verdad, del tipo de turismo de ocio y incentivaría a un público de calidad.
Animamos a todos los órganos de la Costa Dorada a escuchar a los movimientos vecinales, a los profesionales del ámbito y también, claro está, al sector privado ya mover ficha hacia un modelo de ocio más saludable.
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