Esta semana, si no se llega a un acuerdo antes de que termine, los profesionales de la sanidad de atención primaria inician una huelga de cinco días. En la misma van a participar no solo los médicos, sino enfermería, auxiliares, administrativo, todo el personal que trabaja en un CAP, así como la concertada hospitalaria, sociosanitarios y de salud mental. Es una huelga general.
A nadie le puede sorprender esta decisión, los médicos llevan años denunciando la situación de degradación de la sanidad catalana tras los recortes que ha sufrido y de los cuales no se han recuperado. No hablan solo de recortes en sus salarios, que también, sino de falta de recursos humanos y materiales para realizar bien su trabajo.
Los médicos deben atender a un paciente cada tres minutos, según las listas que tienen de visitas a diario. Eso en la práctica no es así, son muchos minutos más los que dedican a las personas atendidas, con el consiguiente retraso para las personas que esperan.
Las horas de visita médica en los centros de salud primaria llegan ya, en muchos casos, a las tres semanas. Han pasado ya a la historia los tiempos que a la personas les daban cita para el día siguiente cuando llamaban para solicitar ser atendidas por su médico de cabecera.
El personal del sector sanitario dice sentirse engañado con las promesas realizadas por los distintos gobiernos y sus consejeros de salud. Llevan años escuchando que se van a tomar medidas, pero la realidad es bien distinta. Explican que han dado muchas oportunidades a la administración, que ha confiado en ella, que han tenido toda la paciencia del mundo, pero que, al final, las promesas no se han materializado. La situación de precariedad ha ido en aumento, no confían en lo que consideran falsas promesas, la paciencia ha llegado a su límite.
Las críticas a los últimos gobiernos son más que evidentes. Critican que el dinero se gaste en otras cosas que nada tienen que ver con los ciudadanos y los profesionales, y critican que la sanidad, que siempre ha sido un modelo en España y Europa, siga en esa caída de deterioro sin que se hayan tomado medidas para sacarla de esta situación insostenible.
Los profesionales se han plantado y no quieren dejar que la sanidad entre en la UCI. Los ciudadanos tampoco. Es hora de atender las demandas del mundo sanitario antes de que sea demasiado tarde.
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