​Ambiciones ocultas entre ideales

Miquel Escudero

El profesor Ucelay-Da Cal (nacido en Nueva York, de padres exiliados) ha hecho del nacionalismo catalán el objetivo prioritario de sus investigaciones, repletas de todos los pormenores imaginables. Yo diría que al leerlo hay que tener presente su independencia y que se sitúa por encima de toda nacionalidad. Su 'Breve historia del separatismo catalán' (Edcs. B) es un ensayo de interpretación histórica donde se enfrenta a "un auténtico fanatismo": el deslumbramiento de masas -"sobre todo en las capas medias"- que ha producido en Catalunya una "multitud de indepes". Una renuncia a la ciudadanía.


Soberanismo


Según cuenta, nunca pensó que llegaría a ver una ola de milenarismo como la habida "en la masa y en la fe militante de individuos" conocidos suyos. Ucelay distingue el independentismo de masas como derivado del separatismo, pero que no se reduce a lo mismo. Data la aparición del secesionismo catalán en 1918, que nunca fue suficiente para hacer tanto ruido como el de su eclosión en 2012. Para nuestro historiador: "Todo nacionalismo es un ejercicio masivo de autocompasión articulada, con excusas hechas para las faltas propias y el resentimiento puro hacia quien 'hizo el daño'". Habla de una red familiar y de que "hay muchas ambiciones ocultas entre los ideales". Y califica de insensata la agitación lingüística que reclama un monolingüismo absoluto. Ciertamente, así no se expresa un separatista catalán. No lo es, aunque su léxico tienda a adoptar el estilo 'indepe'. Tampoco, es constitucionalista. Le veo más inclinado a los viejos tópicos de una España anticuada que a perseguir una España mejor, más culta y más inteligente; o a localizar la Catalunya que niega el 'procés'.


Menciona Ucelay el gusto catalán por la mascarada. Y el placer que hay en la sociedad catalana tanto de abusar del libre albedrio como de apelar, contradictoriamente, al orden. 


Tras la Guerra de Secesión de Norteamérica, "lo que llegó de Cuba tiñó el ambiente de las Españas". El ¡Cuba libre! y el Visca Catalunya lliure!, la estelada. Refiere la idea protestante del separatismo y el concepto de la autodeterminación como eclesiástico. Incorpora el concepto de nulificación, el poder de anular la legislación dentro de un territorio. Y refiere confusiones catalanas respecto al federalismo. Hay que leerle con atención, siento respeto por él y creo que no se deja manipular, lo cual hay que destacar de veras. 

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