Estos últimos días, Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, ha tenido una agenda muy completa y contradictoria. De visita a Roma para participar en una reunión de alcaldes italianos para tratar el tema del bloqueo de los barcos de rescate y el problema de los inmigrantes. Aprovechando el viaje con la también alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, pidieron audiencia a su Santidad y al Vaticano se fueron las dos. La Colau laica encantada de hacerse la foto con el máximo representante de la iglesia católica.
Carmena es una mujer coherente, se declaró en su día no creyente, pero afirmó que la presencia pública de la religión depende de lo que quieran los ciudadanos, ella respetó siempre el hecho religioso. Su relación con miembros de la iglesia ha sido correcta, como debe ser.
Ada Colau, en su primer acto como alcaldesa en la Fiestas de la Mercè, anunciaba en tuit que a la misa de la Mercè a la que siempre han asistido todos los alcaldes independientemente de su color político, no asistía por "convicción laica". La misma convicción laica que impone en el que se supone belén "tradicional" que se instala en fechas navideñas en la plaza de Sant Jaume y que ha descolocado a niños y mayores con unas figuras que nadie identifica con las personas que representa. ¿Lo que practica Colau será un laicismo reaccionario? Eso parece. Con estos ejemplos y algunos más. ¿Qué hace Ada Colau visitando al Papa Francisco? La alcaldesa se encuentra en plena campaña electoral y con las encuestas que no le son favorables aprovecha cualquier ocasión para sacarle rédito político. Es una contradicción más.
La alcaldesa, que quiere estar presente en todas las salsas políticas, se declara públicamente no independentista, pero a la vez, tontea con ellos: ni blanco, ni negro, sino todo lo contrario, esa es su estrategia. Este domingo abría las puertas de la casa de todos a 400 alcaldes independentistas que pedían que el juicio a los políticos presos sea justo. La jugada no le ha salido bien cuando en un momento de su intervención Colau ha lamentado que algunos dirigentes políticos hayan definido el acto como independentista, cuando es un acto humanitario. Al terminar su discurso, los asistentes han gritado reiteradamente "Independencia, independencia", lo que la ha descolocado más de lo que ya estaba.
La ambigüedad de Colau, según la definición de un amigo: "La ideología de esta alcaldesa es dual; es ella y su marido", así de sencillo. Lo que tienen claro es que quiere seguir ocupando el sillón, lo demás es acomodativo. Se deja guiar por su marido, que tiene inclinaciones independentistas, su amigo Jaume Asens, que ha tenido una participación directa con el mundo independentista, con visitas publicitadas a los políticos presos incluidas.
Así que, Colau, no se puede ser permanentemente contradictoria, al final todo se acaba sabiendo y los "amigos" suelen hacer las mayores jugadas. Hay que aclararse antes. Menos independentismo, más gestión y a preocuparse de las personas que están sufriendo a diario desahucios. Esos que ella defendía hasta llegar a la alcaldía. Ahora sus defensas va por otros caminos que nada tienen que ver con los pobres… Alcaldesa a ver si te aclaras. No se puede estar en misa y repicando, como se suele decir. ¿Sabe quiénes son sus votantes? Parece que no.
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