​El último debate, "nunca falta alguien que sobra"

Carmen P. Flores

Por fin se han celebrado ya los dos debates televisivos que han protagonizado los cuatro candidatos a presidir este país llamado España. ¿Habrá servido a los ciudadanos para decidir a quién van a votar? Algunos dicen que sí y otros, los que lo tienen más claro, afirman que no. Sea como sea, los debates siempre son importantes, llegan a más personas, se pueden ver tranquilamente desde el sofá de casa, con la capacidad de cambiar de canal si no les gusta lo que están diciendo o de discutir con la tele cuando lo que explica alguno de los protagonistas no solo no les gusta, sino que consideran que están mintiendo, situación muy habitual entre la clase política. "Nunca falta alguien que sobra", dice la increíble Mafalda.


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Entrado en el último debate, la situación varía para todos los cabezas de lista. Mejoraron sensiblemente con respecto a la anterior intervención televisiva. Pablo Casado, más incisivo que el día anterior y con puyas a su compañero ideológico Albert Rivera, quien estaba más acelerado de lo habitual, pero siguiendo en su línea que tan buen resultado le había dado en la TV pública. Pero claro, Pedro Sánchez había mejorado su intervención, tanto en gestos como en contenidos y rectificaciones a sus adversarios, que eran tres, incluimos a Pablo Iglesias, que en esta ocasión no hizo uso de su "misal" bolivariano, pero sí marcó perfil propio delante de su clientela y además criticó a quien le está quitando votos, el PSOE.


El líder podemita supo escenificar muy bien toda su estrategia mediática: llegó en taxi, se marchó a casa nada más terminar el debate, sin pasar por la sede de su partido para saludar a los militantes que se habían desplazado hasta allí para ver y comentar el debate. No fue, porque quiere "conciliar" la vida política y familiar. Todo un maestro demagógico, si no fuera por el casoplón del que disfruta…


Ribera, que se las prometía felices, después de los buenos resultados de su primer debate, no fue capaz de prever que tanto Sánchez como Casado habían aprendido la lección y sus intervenciones nada iban a  ser  con las del día anterior, para eso están los asesores. El líder naranja, nervioso, recibió a derecha e izquierda. "En todas las partes del mundo ha funcionado muy bien la ley de las compensaciones, al que sube la voz le bajan la caña" dice mi querida Mafalda.


Pues bien, después de escuchar lo que dijeron los cuatro candidatos y, sobre todo, lo que no contaron de sus programas electorales, solo queda esperar en esta recta final hasta el 28 que suelten alguna cosa más que puedan sacar de sus casas a esas personas que en principio tengan dudas sobre a qué candidato va a dar su voto, o que hayan decidido hace tiempo que no piensan acudir porque los candidatos, y la política en general, les ha defraudado. Craso error, la política es cosa de todos, no solo de los que cobran de ella. Como dice Mafalda, hoy va de ella, "Tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio".

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