Los políticos se han dado cuenta de que los mítines solo sirven para que vayan a escucharlos aquellos que ya están convencidos y además, cada vez son menos las personas que acuden. Por eso, la necesidad de llegar al mayor número de ciudadanos que les puedan votar es una premisa imperiosa. ¿Cómo hacerlo? Utilizando los medios de comunicación “amigos” y sobre todo apropiándose de los medios de comunicación públicos cuando gobiernan. Se olvidan de que “una democracia auténtica precisa de unos medios de comunicaciónindependientes", como decía Stephan Hessel.
Los medios de comunicación públicos son de los ciudadanos, no de los gobiernos de turno. ¿Qué papel juegan los profesionales? Una buena parte de ellos, especialmente los cargos, son puestos a dedo por los gobernantes con el fin de que sean los ejecutores de las políticas partidistas que ellos marca en su propio beneficio. Otros, simplemente cumplen órdenes porque se han aferrado a la frase que Vázquez Montalbán decía en su libro Informe sobre la Información: “no se le puede pedir a un periodista padre de familia que sea un héroe cada día”. Una minoría lucha por la libertad de expresión con escaso éxito y son marginados por sus propios compañeros. Pero no tiran la toalla porque ellos saben lo que hay en juego.
El nuevo gobierno de Catalunya, sigue con las mismas prioridades: controlar los medios públicos, es decir Catalunya Ràdio y TV3. Pero hay un problema, varios partidos forman parte de la nueva ejecutiva. Eso quiere decir que el pastel hay que repartirlo y no se está de acuerdo en quién se queda con él. CDC siempre ha “fiscalizado” TV3, excepto la época del tripartito, donde ERC era la dueña y señora. Los republicanos, conocedores de los réditos políticos de la misma, quieren “tutelar” la televisión y no están dispuestos a ceder ni un solo milímetro. ¿Qué quiere decir? Que las discrepancias, que no son pocas, hace ya algunos días que han comenzado y la unidad de acción ficticia da paso a fuertes discrepancias que se irán haciendo públicas en días sucesivos. Aun no se ha nombrado a la persona que dirigirá TV3.
Mientras esto sucede, ¿qué hace la posición política? Protestar, pero poco y dejar a los profesionales que se están peleando cada día solos ante el peligro de ser marginados por la dirección.
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