Puigdemont, Romeva, los cónsules y el cava

Carmen P. Flores

Decían que la tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites, la tontería no. Esto es lo que le ha sucedido al presidente de la Generalitat de Catalunya y a su superministro de exteriores, Puigdemont y Romeva respectivamente, en la recepción que han ofrecido al cuerpo consular.


Sin lugar a dudas, los ilustres invitados no salían de su asombro ante tan esperpéntica actuación. La prudencia, el saber estar y el seny no han estado invitados en el acto y se ha notado. “Barcelona no es una ciudad ordinaria. Catalunya no es un país ordinario. Este no es un proceso político ordinario”, ha dicho el presidente refiriéndose al proceso. 


Los ilustres invitados no salían de su asombro con unas caras de póker como nunca se había visto por el Palau. Nada era “ordinario” en el sainete, ni siquiera lo que decía y representaba el máximo mandatario de Catalunya que más parecía el presidente del “judete” de Olt -uno de los 41districtos  en los que se divide Rumanía-. “La tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para ver” decía Isabel de Rumanía, una mujer inteligente.


Pero el segundo actor, el conseller de “Asuntos Exteriores” -tutelado por Mas- , Raül Romeva ha querido estar a la altura de su antecesor en la palabra y ha destacado que el nuevo Govern ha subido a un rango de "nivel superior" la competencia en relaciones internacionales: hasta ahora era una secretaría y ahora ha pasado a ser una Conselleria, pero se ha cuidado mucho de añadir que esa importante consellería ha sido impugnada ante el Tribunal Constitucional por el Gobierno…de Rajoy…


Las copas de cava corrían porque nadie quería despegar los labios sino era para degustar tan exquisito líquido, así que tenían la excusa perfecta para levantar el codo, no hablar y aguantar estoicamente tanta tontería junta y más de una mentira.


Después de los dos ilustrativos discursos, le tocó el turno al decano del cuerpo consular en Barcelona, el cónsul de Paraguay, Juan Alfredo Buffa, que con una elegancia exquisita ha hablado de lo humano y lo divino y no ha hecho ninguna alusión al proceso soberanista. Eso sí es diplomacia y saber estar…


Decía Winston Churchill que “Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro”. De eso debería aprender el president Puigdemont y su equipo.


Me van a permitir la licencia de terminar con una frase de una persona depueblo,que tieneesa sabiduría popular. “No te acerques a una cabra desde el frente, a un caballo desde atrás, o a un idiota desde cualquier lado”.

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