Es cierto, en muchos casos, el poder se sube a la cabeza del que lo ostenta. En política, el poder dura lo que el cargo, que no es para toda la vida, por mucho que algunos se lo crean. Y ya lo decía el profesor y político Tierno Galván: “El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla”.
Junqueras,ahora Conseller de Economía, vicepresidentey no sé cuantas cosas más, es un político con escasa experiencia y se le nota. En muchas ocasiones, intenta dar “clases” a los periodistas que se acercan para comentar las noticias del día y siempre intenta tener “argumentos” para todas las preguntas.
En esta ocasión, la bomba del día era nada más y nada menos que el voto de la CUP a favor de que se admitiera a trámite la proposición de ley del PSC que instaba al gobierno de Puigdemont a recuperar la titularidad de Aguas Ter Llobregat. El político intentaba justificar, como mejor podía, el voto de la CUP contrario al del JxSí. Los compañeros periodistas le iban preguntado por qué tenían que esperar otra sentencia para quitarle la concesión a ACCIONA, a lo que, el ahora titular de Economía contestaba que el gobierno no tienen dinero para indemnizar a ACCIONA y que cuando salga la sentencia pues no tendrían que pagar nada ¡lo tienen claro que será así!
Viendo las vueltas que estaba dando y cuando dijo Junqueras que todo estaba siendo muy transparente, yo le respondí que de transparente nada, porque ya se habían producido varias sentencias y que hasta la Oficina Antifraude había señalado que las cuentas de ATLL no estaban claras, que ya tenían argumentos suficientes para retirarle la concesión a coste cero…pero, ¿por qué no lo hacen? A lo que me contestó que había que esperar a la sentencia porque el tema “es como contar un cuento a los niños, se empieza por el principio y se van siguiendo los capítulos hasta el final”. No me lo podía creer, mi respuesta fue: “esto no es un cuento y nosotros no somos niños, sino periodistas”. Se enfadó el Conseller y me dijo: “no tienes sentimientos si me dices que yo no quiero a los niños”. “Yo no le he dicho eso”, -le manifesté- “yo tengo sentimiento y además, la experiencia suficiente para que no me cuente un cuento que no me creo, Sr Junqueras”.
Al momento le pregunté: ¿para qué sirve la Oficina Antifraude? Su respuesta, nerviosa fue: ¿me quiere decir qué es lo que me pregunta?. Volví a interrogarle: ¿para qué sirve la Oficina Antifraude? “Para lo que sirve”, respondió. “Sí Conseller, pero si ustedes no hacen caso ¿solo sirve para hacer informes inútiles?”, repliqué. Su respuesta fue desconcertante: “pues eso, sirve para lo que sirve, para hacer informes..” y dio por terminada su charla con los que estábamos allí presentes, algunos de los cuales no entendían nada de lo que estaba sucediendo.
No aceptar las preguntas argumentadas, intentar hacer pasar por tontos o serviles a los periodistas no es propio de un demócrata. Hay que tener más entereza y buscar argumentos “contundentes” y que se aguanten.
No es lo mismo estar en la oposición que gobernando, y más cuando los compañeros de viaje no son del gusto de uno. Decía el escritor y periodista norteamericano John Katzenbach: “La gente sin imaginación y sin ideas llena su cabeza con programas y procedimientos. La gente con carácter sabe cuándo prescindir de los procedimientos”.
Escribe tu comentario