​¡‘Y visca lo Rey de Espanya’!

Miquel Escudero

Torra Talamanca


El 13 de agosto de 1714 hubo en Talamanca, en la comarca del Bages (municipio que hoy tiene unas 200 almas) una refriega militar entre unos 2.000 soldados austracistas y unos 3.000 soldados borbónicos, que huyeron y fueron perseguidos hasta Sabadell; no me consta el número de muertos habidos. A las cinco semanas, Talamanca se rindió al ejército de Felipe V y su castillo fue derribado.


El astuto Artur Mas celebró el tercer centenario de esa ‘victoria militar’, faltaban unos dos meses para la consulta independentista del 9 de noviembre. Con esa ocasión proclamó con su pompa habitual que “en la vida si luchas puedes ganar o perder, pero si no luchas ya has perdido y, además, a veces pierdes con poca dignidad”.


Ahora, hace unos días, Quim Torra ha reivindicado el espíritu de Talamanca (burda mercadotecnia) y ha proclamado, con su impenitente insensatez e irresponsabilidad, que ‘o somos libres o no somos nada’: “O llibertat o llibertat”. Fantástico, entre el farol y la estulticia.

Es una nueva oportunidad para desmontar falsedades que se dan por buenas porque sí. La guerra de Sucesión, como ha escrito el historiador Ricardo García Cárcel, fue la primera guerra mundial y la primera guerra civil que afectó a todos los españoles.


Cabe destacar informaciones que se ocultan: poblaciones como Berga, Centelles, Cervera, Manlleu o Ripoll se mantuvieron durante toda la contienda partidarias del lado borbónico. O que Tarragona, Torredembarra, Mataró y Vic se manifestaron favorables a la rendición de Barcelona antes del 11 de septiembre. 


En el asedio a la Ciudad Condal hubo unos 21.000 muertos y dos de cada tres fueron borbónicos.


Por otro lado, en 1705 el archiduque Carlos asedió Barcelona y arrojó unas seis mil bombas sobre ella, de lo cual, como tantas otras cosas, ni una palabra.


En el lado carlista o austracista se cantaba una canción, ‘Cançó Nova’, cuyo segundo párrafo decía esto (tal cual):


“Guerra, Guerra per la terra,/ Cridan tots los Cathalans:/ Síe Carlos Rey de Espanya,/ y posem-nos en campanya,/ si volem ser triomfants”.


Y concluía: “y visca lo Rey de Espanya/ Carlos Tercer gran Señor”. Sí, el espíritu de Talamanca. 

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