El estilo Ballart (4): La lotería del Niño

Els miols d'Isidoro


Ballart 1


Se acaba el año de la remunicipalización del agua, y en Terrassa todo sigue igual...de mal. Nadie mueve la cola y yo me paseo por los tejados escuchando las confidencias de mis amigas que me cuentan historias de bares de copas en las que alguna vez alguien prometió una alcaldía hablando de tener cogido por los "mismísimos" a varios políticos locales. Son historias del pasado que, si rebuscamos, debieron quedar escritas en algunos de los lavabos de las habitaciones del Riviera o del Saratoga al que acudía, dicen mis amigas, un ilustre jubilado en sus buenos tiempos de vino y rosas. Ya se sabe que las putas son unas madres para sus clientes y que sus secretos siempre se van a la tumba.


Lo cierto es que, volviendo al agua, el alcalde Ballart ha destinado en sus presupuestos municipales una partida de 200.000 euros de nada para pagar las minutas del lujoso bufete que va a defender su "manía persecutoria" contra la sociedad que gestiona actualmente el servicio de aguas de la ciudad con eficiencia y honradez evidente, porque supone él, creo que con razón, que le va a caer por sus delirios de grandeza un pleitazo de aquí no te menees.


Y, para evitar que nadie le pida cuentas por gastar tan alegremente los dineros de los ciudadanos, me cuentan que uno de los suyos, el mismo que advirtió a mi baranda el gallego que se anduviera con cuidado, ya ha enviado un mensaje "anónimo" a Madrid para que los de la Lotería Nacional paguen royalties por llamar Lotería del Niño al sorteo de Reyes, ya que el único Niño verdadero que hay en la Galaxia es: ¡El Niño Ballart!, campeón del ecologismo interplanetario y primer mecenas del socialismo independentista, que nadie sabe en la calle Ferraz lo que es, pero que, añadido al muy recordado episodio del intento de envío de autobuses a Madrid para apoyar a Sánchez, ha causado estupor y preocupación y por eso, y sólo eso, la Comisión para revisar el acuerdo PSC y PSOE está atascada ya que ninguna de las dos partes sabe como encajar en el nuevo texto lo que ya se conoce como "el dilema Ballart": ¿Lo expulsamos del partido o lo enviamos a Lourdes con el compañero Lucena?


O sea, que ya lo saben: los 33 millones de las antiguas pesetas para pagar abogados, van a salir del décimo de la Lotería del Niño que se ha tenido que comprar el señor alcalde, porque los de la Lotería no han hecho ni puñetero caso a lo de los derechos de autor y, como se dice en la publicidad: ¡que la suerte le acompañe!, porque eso de tirar por la ventana doscientos mil eurazos para darse el gusto, ya no se lo traga nadie, ni aunque se beba tres litros de la remunipalizada "agua del grifo". Palabra de gato.


¡Qué año nos espera con la criaturita!... ¡Miuauuuuuuu!

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