Definitivamente he decidido quedarme a disfrutar de la gastronomía egarense los fines de semana, aprovechando que "mi baranda" se ha instalado en Terrasa para reunirse con amigos y "hablar de sus cosas". Esta vez, se ha ido el muy ‘jodío’ a comer al Hotel Don Cándido, que ha estrenado su Mun Cuina Evocativa que, la verdad, tiene una cocina deliciosa con trato exquisito a la gente. Está en la Rambleta del Pare Alegre y ¡oiga! mucho mejor, en casi todo, que en el anterior comedor del Hotel en el que también te daban bien de comer e incluso podías encontrarte al Obispo de la Diócesis.
Como siempre, me quedé en el interior del coche, aparcado en la calle del al lado "disfrutando" de los aromas del Restaurante Chino que había en la misma acera, que casi acaban con mi olfato felino y me provocan un infarto mortal de necesidad. Menos mal, que el gallego "se portó" y puso delante de mis bigotes, tras ¡cuatro horas! de desesperada espera, algunas de las delicatesen que él ya había disfrutado en El Mun.
Según me contó, su "comida de trabajo" tuvo como epicentro el revolcón judicial que le acababa de propinar el Juzgado de lo Contencioso Administrativo al muy incompetente alcalde Ballart, revocándole el alto Tribunal la decisión del pasado 1 de Diciembre en la que quería revertir los bienes de la empresa Mina Pública d'Aigües de Terrassa al consistorio. Algo que, de momento, se ha tenido que tragar con patatas fritas.
Como soy gato, y tengo el oído fino, a la vista de lo que pude saber sobre el tema, decidí preguntar a mis propias fuentes sobre el asunto. Y como siempre: del grifo salió agua. Según parece, este largo proceso de la municipalización, del que ya les hablé en la pieza anterior, tiene ya un nombre en la recámara o, si lo prefieren, en el subconsciente del Niño Ballart: Marc Cadevall, un técnico, no más que mediocre, del Ayuntamiento, cuyo currículo lo adorna, sobre todo, porque es hijo de Magí Cadevall, el "eterno" Presidente del PSC de Terrassa y al que según me cuentan, el Alcalde quiere que sea "su" Gerente en la nueva empresa del agua, que pretende crear, incumpliendo la promesa que le hizo a los ciudadanos de que haría una especie de referéndum para preguntarles sobre el tema, y pasándose, por donde más le gusta al señorito, los derechos históricos firmados por la sociedad Mina Pública d’Aigües de Terrasa.
Lo del Niño Ballart es tan delirante que, a poco que profundicen Vds. en las compañías políticas que se ha buscado para poder gobernar en el municipio, no les extrañará casi nada. El PSC, que ha disfrutado siempre en Terrassa de grandes Alcaldes, ahora no es ni su sombra. Hoy, de la mano de Ballart y de su amiguito del alma Xavi Cardona, que ejerce de Secretario de organización para desconsuelo de los pocos militantes que le quedan al partido, a los socialistas les ha caído la gorda, con nombres propios atraídos hacia la mamandurria municipal desde los lugares más insospechados. ¿Primer ejemplo?: Marc Armengol, que llegó desde el Hockey y que, como los que ya les he citado, también trae consigo "la vitola" de "hijo de...", en este caso, de Jordi Armengol otro histórico ex concejal que hizo estudiar a su retoño Arquitectura, aunque en el pueblo nadie conoce una casa cuyos planos correspondan a su mano creativa, por lo que como no podía ser de otra manera, aplicando el Decimotercer principio de Peters, el alcalde le ha colocado de Jefazo con sueldo gordo en el departamento de Urbanismo, para así también tener "atada y bien atada la municipalización del agua", que es asunto de su exclusiva competencia.
Total, que Jordi Ballart para poder gobernar hizo una lista para "su ayuntamiento" en las que solo figuraban 3 militantes del PSC a los que fue sumando nombres sin experiencia política y sin ideología socialista o de las llamadas izquierdas progresistas. Tipos, más bien, apegados a la doctrina Ballartdista que exige, sobre todo, lealtad al líder y escaso criterio personal. Solo dos mujeres son la excepción de esta tristísima lista de amigotes: Lluisa Melgares, relegada a pelearse con los okupas, porque el Niño descubrió que ya era más popular que el alcalde, y Eva Candela otra hija de... un militante histórico Pere Candela, que en su día se largó a Rubí y que ahora ha sido recuperada para trabajar a las órdenes del arquitecto Armengol, según dicen mis informantes, para tapar las carencias organizativas de este amiguete.
Vamos, que en Terrassa las siglas del partido de Royes y Navarro, con la llegada de Ballart son ya historia y de la mala. Y por hoy les dejo, con la promesa de seguir contándoles más cosas y comprobando de paso, como mis colegas de la competencia comienzan a despertarse de su largo sueño contándoles también "cosas entrañables" de este desdichado alcalde hijo de.., ¡cómo no! del muy conocido "papá Ballart”, el Louis de Funès de la política localdurante varios lustros. Una eminencia, ¡oiga!
Gracias a la denuncia o demanda, este artículo va a ser un auténtico ÉXITO EDITORIAL. ¡Estoy seguro de ello! Normalmente a este tipo de políticos perilatéticos, les acaba cayendo en la cabeza la piedra que tiran contra otros. Espero que éste sea el caso...
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